A pesar de su desarrollo y de lo que significa para la economía mundial, pocos negocios en la actualidad son tan difíciles de manejar y con tan poco porcentaje de ganancias como lo es el de la industria aérea.
Por todos los obstáculos y grandes problemas que implica el abrir una aerolínea comercial, se requiere de la participación de profesionales expertos y con la imagen muy clara de lo que pretenden.
En México se han tenido que lamentar la suspensión de operaciones de una veintena de aerolíneas que han desaparecido en los últimos 50 años, incluyendo a Mexicana de Aviación, línea aérea ícono de México desde hace 13.
Poder hacer una línea aérea confiable, segura, efciciente y rentable conlleva, además de una gran cantidad de millones de dólares, un plan de negocios y estudios de mercado muy sofisticados, especialmente en esta época de gran competencia mundial.
Uno de los varios temas sobre la industria aérea nacional que hoy nos ocupan, es el que se refiere al reciente anuncio oficial de la apertura, a partir del 1 de diciembre, de la nueva aerolínea Mexicana de Aviación, que será administrada por la Sedena.
Todas las aerolíneas que han pertenecido o han sido administradas por los diferentes gobiernos mexicanos, han ido al fracaso una tras otra, dejando ver su falta de experiencia en el manejo de este complicado negocio.
La Mexicana militar de la que hoy hablamos presenta muchas dudas, aun ha pesar de la información oficial que no acaba de ser clara, profunda, abierta, total y contundente.
La forma en que las cosas se están llevando a cabo para iniciar operaciones de esta empresa estatal militar en México, nos llevan a recordar casos como el de TAME (Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos), la cual estuvo arrastrando graves problemas financieros desde su vuelo inaugural y durante muchos meses, hasta que el presidente Lenin Guerrero tomó la decisión de cerrarla definitivamente, acusando falta de eficiencia operativa.
A la par de este argumento, se dejó claro que además el gobierno ecuatoriano no estaba en posibilidades de mantener subsidios para sostener una operación con grandes pérdidas.
Se ha dicho constantemente que la propia formación de los militares no les da las cualidades administrativas que requiere el manejo eficiente de una línea aérea comercial civil, al igual que un civil no tiene lo necesario para manejar una base aérea o un escuadrón de aeronaves militares.
Por otra parte, se ha puesto en manos también de militares el manejo y administración de la Agencia Federal de Aviación de México (AFAC), la que no esta funcionando de forma eficiente y las pruebas están a la vista, empezando con el hecho de seguir degradados a categoría 2 desde hace más de dos años y sin posibilidades claras de recuperar la categoria1 en el corto plazo.
Para colmo, también se ha puesto en manos de militares a varios aeropuertos mexicanos, lo que está creando un grave conflicto, ya que de acuerdo a la Constitución de Mexico la milicia no puede participar ni en la administración de líneas aéreas ni en la de aeropuertos.
La nueva ley de aviación civil se encuentra bajo revisión por parte de la Suprem Corte de Justicia de la Nación y, este hecho, es un impedimento para que los auditores de FAA decidan regresar la categoría 1 a la autoridad aeronáutica mexicana hasta que no se tenga el resultado de dicha revisión.
Las decisiones por parte del máximo Poder Judicial de nuestro país puede tomar meses todavía.
Hay que decir también que OACI, de la cual México forma parte desde su inicio, no contempla a las aerolíneas comerciales militares para certificación, justamente por no ser de orden civil.
Aún así, la nueva Mexicana de Aviación militar deberá contar con la implementación de procesos técnicos, operativos y financieros, con estándares internacionales lo que, al día hoy, se ve sumamente complicado.
La inversión inicial ha sido de 5 mil millones de pesos, incluyendo la compra de la marca y oficialmente se ha dicho que la nueva Mexicana estaría alcanzando su punto de equilibrio financiero dentro de un año, después de haber iniciado operaciones, lo cual, de acuerdo a la experiencia mundial, sería un verdadero milagro de eficiencia.
La realidad es que podría tomar de 3 a 5 años lograr este equilibrio en sus finanzas y quizá más, tiempo en que la aerolínea debería ser subsidiada por el gobierno Federal para poder operar
La eficiencia operativa y la seguridad de los seres humanos que se transportan por aire son el punto toral y, para lograrlas, todos los procesos deben ser estrictamente cuidados desde el primer minuto de la presentacion del proyecto.
Veremos a dónde llega la nueva Mexicana de Aviación, cuyo sólo famoso nombre merece un buen destino.
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