Si no fuera una demanda seria ante el distrito sur de la Corte de Nueva York, la querella interpuesta por SAT Aero Holdings contra la Aerolínea del Estado Mexicano (alias Mexicana de Aviación, segunda parte) y/o la Secretaría de la Defensa Nacional mexicana (Sedena), los demandantes podrían venderle los derechos de autor a Netflix para hacer una nueva serie, donde la comedia menos pensada involucra a las fuerzas armadas de un gobierno, que peca de ingenuo, contra un grupo de veteranos en el oficio de la presunta simulación (aérea y otras cosas).
¿Quién no recuerda al Capitán Félix Sánchez, sindicalista “de cepa” en uno de los mejores momentos de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA de México), y después director de Operaciones de la aerolínea emblemática Mexicana de Aviación? Sánchez terminó usando sus conocimientos de negociación laboral para ayudar en la operación de uno de los artilugios de quiebra más sofisticados que se hayan tramado en este país, la de Mexicana de Aviación. Desgraciadamente, no salió como él esperaba, ni como lo deseó el entonces dueño de la Primera Línea Aérea de Latinoamérica, el inefable Gastón Azcárraga, jefe de Félix y su grupo, para deshacerse del “pasivo laboral” (eufemismo para no pagar la antigüedad de los trabajadores y quedarse sólo con los activos que significaban ganancia).
Pues este personaje es el creador de la empresa Petrus Aero Holdings, creada en febrero de 2022 y renombrada SAT Aero Holdings en agosto de 2023, la hoy demandante de la Aerolínea del Estado Mexicano y/o la Sedena, bajo el supuesto de que “lo sorprendieron en su buena fe”, al firmar un contrato con Sedena donde se incluyen arrendamiento de aeronaves, algo de mantenimiento, contratación de tripulantes y adiestramiento de los mismos y demás gestiones. En suma: un proyecto “llave en mano”, ya que la Sedena no tenía ni idea de cómo operar una aerolínea comercial y por lo tanto, “necesitaba” de una empresa con experiencia en esos menesteres y en lugar de honrar sus compromisos pagando los millones de dólares requeridos, se “hizo pato” y después se aprovechó de lo aportado por SAT, según expresa el quejoso.
El hecho es que la cuenta que le hace la empresa constituida en Texas en febrero de 2022 “con amplia experiencia”, asciende hoy a 840.9 millones de dólares y lo más significativo es que SAT Aero Holdings logró que la Sedena firmara un convenio o contrato donde se sujeta en todo a las leyes de Nueva York y por lo tanto “renuncia a otra jurisdicción y no puede ejercer inmunidad soberana”. Es decir, la propia Secretaría de la Defensa Nacional de nuestro país está en manos, voluntariamente, de un tribunal de Nueva York en un asunto que compete a la soberanía nacional. Frente a ello, palidece la iniciativa que promovía el Cabotaje.
En su largo alegato frente a la Corte, SAT Aero Holdings se presenta como una cándida empresa que creyó en el gobierno mexicano y que fue engañada y sorprendida en su buena fe, ya que Sedena “se aprovechó de su experiencia y tomó ventaja” de su sapiencia para echar a andar aerolíneas, así como de la búsqueda de aeronaves. Ahora, los patos le tiran a las escopetas. A ver. E-mail: raviles0829@gmail.com
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