El Departamento de Transporte de los Estados Unidos (DOT) contrató a 1,500 nuevos controladores de tránsito aéreo (ATC) durante 2023 y se contratarán más en el presente año, por eso “estamos trabajando con el Congreso para obtener aún más recursos en términos de personas y tecnología para nuestro sistema ATC, a medida que la demanda crece a niveles históricos cada año”, afirmó Pete Buttigieg, titular de esta dependencia.
“Sería negligente si no instara a los republicanos de la Cámara de Representantes que persisten en proponer recortar drásticamente los fondos para la Administración Federal de Aviación (FAA), ya que este no es el momento y deberían reconsiderarlo”, afirmó el secretario.
Explicó que esta Administración y este Departamento han actuado decididamente para mejorar los viajes aéreos con las autoridades y herramientas que tienen. “Trabajando con el Congreso, tenemos la oportunidad de hacer aún más”.
Durante la reunión anual de la Junta de Investigación del Transporte de 2024 viernes 19 de enero, el funcionario refirió que la aviación es muy dinámica y muchas cosas han cambiado; tanto es así que a veces es difícil seguirles la pista.
“Voy a poner solo un ejemplo: en la aviación, a principios de 2021, la gran preocupación sobre nuestras aerolíneas era si iban a cerrar por falta de demanda (por el COVID). Para mediados de 2022, estábamos igualmente preocupados por las aerolíneas, pero por una razón completamente diferente: ya que no sabíamos cómo manejar niveles de demanda tan altos que las aerolíneas no podían atender los boletos que vendían.
“Luego, a finales de 2023, habíamos llegado a un punto en el que teníamos tasas de cancelaciones excepcionalmente bajas, incluso en medio de un número de pasajeros excepcionalmente alto, de hecho récord, y para 2024, inició con un incidente (el del B-737 de Alaska Airlines) que le recordó al país que más importante que la puntualidad y el servicio al cliente, es, por supuesto, la seguridad”, afirmó Buttigieg
El historial de seguridad de la aviación de Estados Unidos es algo que ha sucedido a lo largo del tiempo, incluso con lecciones aprendidas de la manera más difícil, y nunca debemos darlo por sentado.
“Lo recordamos hace dos semanas, cuando una puerta de un Boeing 737 Max 9 se desprendió en medio de un vuelo de Alaska Airlines. Estoy agradecido por las tripulaciones de vuelo que se encargaron de que ese avión aterrizara y de que todos los pasajeros salieran sanos y salvos. Pero como dejé claro a los dirigentes de Boeing la semana pasada, esto nunca debería haber sucedido en primer lugar. Y el camino para que cualquier avión de esa categoría vuelva al servicio estará dictado por la seguridad, y sólo por la seguridad”, concluyó.
El diseño y la fabricación de aeronaves son una parte de la seguridad aérea. Otro, por supuesto, es nuestro sistema de control del tráfico aéreo.
