Por Daniel Martínez Garbuno
Después de aprobar una reforma fiscal que beneficiará a varios sectores, incluidas las aerolíneas de Estados Unidos, el presidente Donald Trump lanzó a mediados de febrero un plan para modernizar la infraestructura norteamericana, que impactará también en los aeropuertos.
El plan del mandatario norteamericano se concentra en impulsar inversiones por 1.5 billones (millones de millones) de dólares, de los cuales 200 mil millones vendrían del gobierno federal para incentivar al sector privado para que se encarguen de poner la inversión restante.
Las formas de modernizar la infraestructura existente se centrarían en privatizaciones, incentivar el gasto de las empresas (luego de los ahorros que perciban tras el recorte de impuestos) y dar oportunidad a los gobiernos estatales para decidir los proyectos que necesite.
El Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) advirtió recientemente que se debe realizar una inversión de cien mil millones de dólares para mejorar la infraestructura aeroportuaria en Estados Unidos de aquí a 2021. De igual forma, las cifras son claras: desde hace 18 años, no se construye ningún aeropuerto importante en los Estados Unidos.
La firma de consultoría del sector aéreo CAPA Center for Aviation analizó el plan del gobierno estadounidense y desgranó los puntos con los cuales el sector aeroportuario puede ser impactado.
Privatización de aeropuertos de Washington DC
Los dos aeropuertos principales de Washington, el Ronald Reagan National y el Dulles International, podrían ser privatizados debido a que “serían administrados de una mejor manera por entidades privadas, estatales o locales”, señaló el gobierno de Donald Trump, en su plan de infraestructura.
En este plan de Estados Unidos, el equipo de Trump afirma que hay infraestructura que pertenece actualmente al gobierno federal y que podría ser administrada mejor por entidades privadas, con lo que el gobierno podría vender y privatizar estos sitios para adquirir más fondos que invertir en otras áreas. Además de los aeropuertos en Washington, otros sitios como el Memorial a George Washington también podría estar en la lista.
La propuesta tomó a todos por sorpresa, e incluso en reportes del The Washington Post, el CEO de la Autoridad Aeroportuaria de Washington, Jack Potter, señaló que el teléfono no dejó de sonar tras la noticia.
Para el Centro Para La Aviación (CAPA), este movimiento por parte del gobierno de Trump es “un testamento a la nueva forma de pensar con respecto a la infraestructura y a las inversiones aeroportuarias”.
Menos presupuesto para la FAA
Otro tema que se tocó en el Plan de Infraestructura de Trump fue el de que el presupuesto para la Administración Federal de Aviación (FAA) no se incrementará, así como el del Programa de Mejoramiento de Aeropuertos (AIP, por sus siglas en inglés).
De hecho, el presupuesto para la FAA se reducirá en 2018 de 16.9 mil millones aprobados por el Senado a 16.1 mil millones de dólares.
Aumento del impuesto al pasajero
Igualmente, el nuevo plan de infraestructura no contempla eliminar los Cargos al Pasajero (PFC, por sus siglas en inglés), los cuales son impuestos introducidos desde 1990 a la aviación comercial y que ésta a su vez le pasa el costo a los viajeros.
Originalmente, el PFC tenía un costo de entre uno y dos dólares por pasajero, y recientemente, el Senado de los Estados Unidos propuso elevar este costo del actual 4.50 dólares a 8.50 por pasajero.
El grupo Airlines For America se mostró en desacuerdo de este impuesto y señaló que mucho del dinero recabado por la industria aeronáutica en Estados Unidos se destina a obras ajenas al rubro, por lo que piden al gobierno que, si se les va a cobrar tasas tan altas, que ese dinero se use en mejorar los aeropuertos a través de Estados Unidos.
Inversión pública para pequeños aeropuertos
La administración de Trump contempla poner cien mil millones de dólares para un Programa de incentivos para estimular fondos adicionales dedicados de los estados, localidades y el sector privado.
El gobierno evaluaría “mediante criterios objetivos”, según el programa, a qué proyectos se apoyaría y cuánto necesitan.
También se le darían a los estados para elegir sus prioridades y, en lo que respecta a los aeropuertos, se destinaría a aquellos que tienen necesidades de infraestructura y no pueden ser cubiertas por el sector privado.
“El plan ofrece cierta esperanza para los aeropuertos que necesitan capital y para aquellos que desean privatizar esos aeropuertos como un método para atraer ese capital. En realidad, probablemente ofrezca un poco más de lo que se esperaba, y la expansión del Programa de Privatización es, según los estándares de las administraciones anteriores, bastante radical”, indica CAPA.
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