El director general del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), Federico Patiño, dijo que se busca elevar la participación del sector privado en el financiamiento del nuevo aeropuerto capitalino para no presionar las finanzas públicas del país.
“En un principio se preveía que un 65 por ciento del financiamiento iba a venir del sector público y 35 por ciento del privado. Ahora lo que estamos pretendiendo es que haya más participación del sector privado, es decir, 70 por ciento privado y 30 por ciento del público”, dijo Patiño al término de un foro de infraestructuras, organizado por la agencia EFE.
El directivo recordó que cuando se anunció el proyecto en septiembre de 2014, el gobierno recibía más ingresos de la venta de petróleo antes de que cayeran los precios internacionales de este insumo.
Patiño reiteró que la construcción del nuevo aeródromo está garantizado con recursos propios, debido a la emisión de bonos respaldados con la Tarifa de Uso de Aerpuerto (TUA) que pagan los usuarios del actual aeropuerto.
“Tener un proyecto que genera su propia fuente de pago nos da credibilidad y nos ayuda a encontrar nuevas fuentes de financiamiento. Hay buena aceptación de México para los inversionistas y para el nuevo aeropuerto, por eso hemos recabado recursos a 30 años.”
El pasado 18 de enero, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, indicó que en los próximos meses se emitirá un bono por 1,000 millones de dólares (mdd) para el nuevo aeródromo.
Recursos garantizados gane quien gane
Federico Patiño hizo énfasis en que al final de esta administración, los recursos para la obra estarán garantizados independientemente de quien gane las elecciones presidenciales del 1 de julio.
“Lo importante es dejar este proyecto con una base importante en materia física y también dejar resuelto su problema financiero. Creo que es una gran responsabilidad nuestra dejar cuentas claras y, sobre todo, con un apoyo financiero para las inversiones, sin importar quién gane.”
Durante su participación en el EFE Fórum, el funcionario fue preguntado sobre si el proyecto del NAICM es irreversible, a lo que respondió: “Espero que lo sea (…) Lo que se pretende hacer es un Hub regional, no dos aeropuertos o terminales distribuidas. Tenemos 320 contratos, 141,000 millones de pesos comprometidos a través de licitaciones, 292 empresas que ya están trabajando en el sitio, que ya hicieron pedidos, que tienen garantías. Romper esos contratos no es fácil.”
Indicó que no hacer esta obra sería como renunciar al 3.3 por ciento del Producto Interno Bruto del país, porque no se contaría con la infraestructura necesaria para atender la demanda creciente de pasajeros. “Hay una demanda insatisfecha que iría a otros países, otros Hubs, y eso sería un impacto para la economía mexicana.”
El funcionario también remarcó que el aeropuerto tiene un impacto social gracias a los trabajos generados para los habitantes de los 5 municipios colindantes y a las consultas hechas a 310,000 viviendas, para preguntarles su opinión del aeropuerto, de los cuales el 75 por ciento están de acuerdo con el mismo, afirmó.
Además, existe un déficit de infraestructura y servicios al Oriente de la Ciudad de México, por lo que hay una oportunidad para equilibrar esta situación con la mega obra.
Las principales licitaciones para este año son el Centro de Transporte Terrestre, las plataformas, el área frontal de acceso, drenaje profundo, terminal de carga, red de distribución de combustible y ayudas a la navegación.
El NAICM iniciará operaciones en 2020 en su primera etapa.
