Rusia ha emprendido un viaje histórico después de casi medio siglo desde su última exploración lunar.
Esta vez, su objetivo es la conquista de la Luna en busca de agua y otros recursos naturales mediante el lanzamiento de la sonda Luna-25, la cual se encuentra en curso hacia la órbita del satélite terrestre.
La misión, que ha experimentado reiterados aplazamientos desde 2019; se ha visto influenciada por la decisión de la Agencia Espacial Europea de suspender su colaboración con el programa espacial ruso el año pasado, a raíz de los conflictos en Ucrania.
Con la ambición de ser la primera potencia espacial en aterrizar en el Polo Sur lunar, Rusia compite con la India, cuya nave Chandrayaan-3 tiene previsto llegar el 23 de agosto. “Esperamos ser los primeros”, afirmó Yuri Borísov, líder de la agencia espacial rusa, Roscosmos.
La sonda se espera que alcance la órbita lunar en los próximos cuatro o cinco días. Tras esto, llevará a cabo maniobras durante casi una semana, orbitando alrededor del satélite a unos 100 kilómetros de altitud, con el propósito de encontrar la órbita elíptica ideal para su aterrizaje el 21 de agosto, según Borísov adelantó.
Roscosmos detalló que la Luna-25 alunizará al norte del cráter Boguslawski, en una región accidentada y con condiciones adversas.
Siendo Luna-2 la primera nave soviética en posarse en la Luna en 1959, los Estados Unidos emularon esta hazaña años después con su programa Ranger.
La misión, cuya duración se extenderá por un año, tiene como objetivos principales el desarrollo de tecnología de alunizaje, la toma de muestras de la superficie lunar (aproximadamente 170 gramos de suelo lunar que serán traídos a la Tierra) y el estudio de la exosfera, que abarca desde la capa superior del regolito (material superficial) hasta el relieve, solidez y composición, así como el polvo lunar.
Además de estos objetivos, Rusia persigue el ambicioso propósito de ser el primer país en descubrir agua en la Luna. Este hallazgo podría allanar el camino para futuras misiones humanas al satélite. Observaciones previas sugieren la posible existencia de agua en forma de hielo en cráteres del polo sur lunar. En línea con esta búsqueda, Rusia planea lanzar la sonda Luna-27 en 2028, equipada con un perforador.
Vladímir Surdin, astrónomo de la Universidad Estatal de Moscú, sugiere que el agua podría encontrarse relativamente cerca de la superficie lunar, oculta bajo una delgada capa de tierra. Sin embargo, para confirmar estos recursos, sería necesario perforar la Luna, una tarea aún pendiente de emprender.
La sonda Luna-25 está equipada con diversos instrumentos, entre ellos un espectrómetro de masa LAZMA para analizar la composición química de la superficie lunar, un detector de partículas neutras y cargadas ARIES, un detector de polvo lunar PML y un espectrómetro infrarrojo LIS.
Hasta la fecha, solo Estados Unidos, Rusia y China, en ese orden, han logrado alcanzar la Luna. Mientras la India se encuentra en búsqueda de la misma hazaña. No obstante, Moscú tiene planes audaces: pretende enviar una nave tripulada a la Luna a principios de la próxima década.
