Tendríamos que empezar desde el principio, como lo hicieron los empresarios que lograron crear y constituir sus empresas aéreas.
La creación de la idea y su iniciación, documentación necesaria, inscripción de la marca, trámites de operador de vuelo, permisos: AOC, IATA, FAA, OACI, autorizaciones y certificaciones de AFAC, estudio de Mercado (mínimo 2 años) por mencionar solo algunos.
Infraestructura:
Edificios corporativos, centro de adiestramiento con simuladores de vuelo del tipo del avión a volar, hangar de mantenimiento, almacenes de refacciones, equipo de apoyo terrestre, (escaleras, remolcadores, unidades de potencia auxiliar y neumáticas, espacios en aeropuertos, tiendas de venta de boletos en toda la República y el extranjero eventualmente y hablando de eso, el apoyo en los aeropuertos a operar, como mostradores, bandas de maletas y la misma infraestructura de apoyo antes mencionada.
Y lo más importante: Personal, administrativo, de operaciones, recursos humanos, pilotos, sobrecargos, asesores, mecánicos, personal de tráfico, personal de apoyo, el sistema completo de organización de tripulaciones y pasajeros.
Todo esto, entre muchísimas otras cosas que se deben cumplir, no solo en un aeropuerto sino en los que habrá que operar, estamos hablando de una inversión monumental de recursos monetarios que no pueden aparecer de la noche a la mañana.
Hasta ahora el gobierno ha invertido una pequeña parte que incluye la compra de la marca, algunos edificios vacíos, un centro de adiestramiento activo que contiene simuladores no compatibles y habrá que mencionar que aún no ha terminado la liquidación del personal de la ex Mexicana de Aviación, pues solo ha cubierto una parte.
Pero, ¿Quiénes serían los ganadores y los perdedores de éste proyecto lleno de fantasía?
Los posibles ganadores definitivamente serán aquellos que contarán con los recursos antes y después de esta obra faraónica, la inversión será de los contribuyentes y la retribución será para el ejército, algo así como; “yo invierto en un restaurante, pongo todo y te quedas con todo”.
Los perdedores serán los contribuyentes y las aerolíneas que si por éste proyecto llegara a funcionar, estaría llena de subsidios e incontables beneficios que incluirían: combustibles, slots, impuestos y una competencia totalmente desleal que inclusive podría incluir personal extranjero con la puerta que el mismo gobierno abrió al permitir que una aerolínea mexicana funcionara con personal internacional.
A 9 meses del término de este sexenio, esperamos que la razón y el derecho prevalezca en nuestro país.
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