La Guardia Fronteriza de Países Bajos arrestó a más de 200 personas por bloquear el despegue de varios jets privados en el aeropuerto Schiphol-Ámsterdam. El grupo denunciaba la contaminación que genera el sector de la aviación, especialmente los vuelos chárter.
Las asociaciones ecologistas Greenpeace y Extinction Rebellion conformaron un grupo de 500 activistas que ingresaron en la pista de la terminal aérea tras escalar el vallado exterior. Una vez dentro, numerosos ambientalistas se sentaron bajo diferentes jets privados, varios de ellos se encadenaron a las aeronaves, mientras otros dieron un particular paseo en bicicleta por las instalaciones.
Tras varias horas, las autoridades comenzaron a disolver a estos grupos y procedieron a detener a más de 200 de ellos. “Nos tomamos esto muy en serio, estas personas enfrentan cargos relacionados con estar en un lugar donde no deberían haber estado”, afirmó Robert van Kapel, portavoz de la policía holandesa.
De acuerdo con el medio británico The Guardian, el responsable policial añadió que ningún vuelo comercial se vio afectado por la protesta, y defendió la acción de la Guardia Fronteriza. Greenpeace, por su parte, denunció que la policía fue demasiado dura con los activistas en bicicleta y que al menos una persona resultó herida en la cabeza.
Greenpeace afirmó que los activistas climáticos reclaman “menos vuelos, más trenes y la prohibición de vuelos de corta distancia innecesarios, así como jets privados” y añadieron que Schiphol es la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono en los Países Bajos, pues emite a la atmósfera 12 mil millones de kilogramos anuales de CO2.
El Aeropuerto de Ámsterdam/Schiphol acapara el 88% del tráfico de pasajeros de Países Bajos. En los últimos tiempos ha sufrido una saturación de viajeros que ha puesto en jaque el funcionamiento de la terminal aérea, con numerosas cancelaciones y reducciones de vuelos diarios.
