El Consejo Europeo dio su aprobación final para el nuevo Código de Fronteras Schengen, el reglamento de la Unión Europea (UE) que regula la gestión de las fronteras internas y externas, así como las normas que rigen el control fronterizo de las personas que cruzan las fronteras exteriores de la UE.
Explicó que la reforma es fundamental para hacer que el área Schengen sea más resiliente ante crisis presentes y futuras en sus fronteras exteriores. También garantiza que las personas que viven y viajan en esta región puedan disfrutar plenamente de los beneficios de los viajes sin fronteras.
El reglamento introduce la posibilidad de adoptar medidas a nivel de la UE que restrinjan el acceso de nacionales de terceros países a la UE en caso de una emergencia sanitaria de gran escala.
También establece un procedimiento de transferencia que ayudará a abordar el movimiento secundario de migrantes (de un estado miembro a otro) y ofrece soluciones a situaciones de instrumentalización de la migración.
Las aclaraciones sobre las normas para la reintroducción de controles fronterizos asegurarán que sigan siendo una medida de último recurso.
Viajar en la zona Schengen (29 países, 25 de la UE y 4 que no) sin controles fronterizos es uno de los principales logros de la UE.
“Con el voto de hoy, hemos proporcionado a los Estados miembros herramientas para mantener los viajes sin fronteras dentro del área Schengen, mientras se aseguran las fronteras exteriores, se aborda la migración irregular y se enfrentan adecuadamente los riesgos para la salud pública”, afirmó Annelies Verlinden, Ministra del Interior, Reforma Institucional y Renovación Democrática de Bélgica.
Explicó que en caso de una emergencia sanitaria de gran escala, las nuevas normas otorgan la posibilidad de implementar restricciones temporales armonizadas de viaje en la frontera exterior de la UE.
Durante la pandemia de COVID-19, la UE sólo pudo emitir recomendaciones no vinculantes en cuanto a restricciones de viaje para los estados miembros. Además de las restricciones de viaje, el Consejo también puede imponer pruebas, cuarentena y autoaislamiento y otras medidas relacionadas con la salud para los ciudadanos no pertenecientes a la UE que entren en la UE.
Para combatir la instrumentalización de la migración, el Código de Fronteras Schengen modificado ofrecerá a los Estados miembros la posibilidad de limitar el número de puntos de cruce fronterizo o reducir sus horarios de apertura y permite medidas mejoradas de vigilancia fronteriza.
El Código de Fronteras Schengen revisado clarifica el marco existente para la reintroducción y prolongación de los controles fronterizos internos, lo cual es posible cuando existe una amenaza seria para el orden público o la seguridad interna.
Los Estados miembros deberán evaluar la necesidad y proporcionalidad de esta decisión y evaluar si los objetivos perseguidos no pueden alcanzarse por otros medios.
Además, el reglamento revisado establece la duración máxima durante la cual estos controles en las fronteras internas pueden mantenerse. Los controles fronterizos internos que hayan sido notificados a la Comisión, a los estados miembros y al Parlamento Europeo antes de ser reintroducidos pueden permanecer en vigor por una duración máxima de dos años. En situaciones excepcionales mayores, los controles fronterizos internos pueden prolongarse por 6 meses adicionales, renovables una vez por una duración total de un año.
