La región de América Latina está subexplotada, por lo que es un mercado muy interesante para las compañías europeas que buscan establecerse más aquí, señaló Carlos Osores, director de la consultoría de aviación ICF.
En los últimos doce meses, aerolíneas como TAP, Iberia, Air France-KLM, Air Europa, Turkish Airlines y las low-cost Norwegian y Level aumentaron su capacidad de 10 a 40 por ciento entre América Latina y Europa.
A diferencia de lo que ocurre en América del Norte, en la región latinoamericana hay oportunidades para generar mayores beneficios porque “no hay realmente competencia de low-cost”, señaló Osores, y añadió que el panorama es similar al de África en este aspecto.
Para toda la región, el tráfico internacional con América del Norte representa el 81 por ciento del total de sus pasajeros.
Acorde a datos de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), en 2017 sólo viajaron entre América Latina y Europa 3 millones 980 mil pasajeros; menos de una sexta parte de los 19 millones de viajeros que volaron entre Latinoamérica y Norteamérica.
Esto explica la reciente expansión de aerolíneas como Air France, que ahora vuela de París a ciudades brasileñas como Belo Horizonte, Recife, Salvador y Fortaleza. De hecho, las empresas europeas ven a Brasil como un tesoro por explotar: en 2016 sólo tuvo seis millones de turistas internacionales.
“Para tener una idea de la importancia que tiene para nosotros la relación Brasil-Francia: a partir del próximo invierno tendremos 44 vuelos por semana y será la frecuencia más elevada de la historia del grupo”, señaló recientemente Patrick Alexandre, director comercial de Air France a AFP.
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