Tras la muerte de Kokito, un bulldog francés, y el envío erróneo de otro perro a Japón (cuando se dirigía a Kansas, en Estados Unidos), la aerolínea United enfrenta un reto importante para reparar su imagen ante el público. Pero esta ocasión no es la primera que la empresa se enfrenta al escándalo.
Ahora, como primera medida para reparar su dañada imagen, United suspendió temporalmente el programa PetSafe, con el que transportaban mascotas en el área de carga y será así mientras realizan las investigaciones correspondientes, que podrían durar hasta inicios de mayo.
El año pasado, durante un vuelo de Houston a Boston, la aerolínea quitó de su lugar a un niño de dos años cuando sobrevendió su vuelo y obligó a su madre, Shirley Yamauchi, a llevárselo durante todo el vuelo en sus piernas.
Yamauchi no quiso insistir en su reclamación por miedo, pues United había sacado por la fuerza a otro pasajero, el doctor David Dao, en un incidente que recorrió el mundo gracias a los videos que tomaron los otros pasajeros.
United se disculpó por el hecho y aseguró que había sido un error cuando se escaneó de manera incorrecta el pase de abordar del niño.
En otro incidente, Lucie Bahetoukilae, una mujer que pretendía viajar de Nueva York a París y que no hablaba inglés, fue puesta en un vuelo que se dirigía a San Francisco, luego de que United cambiara la puerta de abordaje y no notificara de ninguna forma a la viajera, y no rectificaran su error al momento de subir al avión.
De igual forma, en 2017, la compañía estadounidense estaba a cargo de Simon, un conejo gigante que viajaba de Londres a Chicago, y que murió durante el trayecto luego de que un empleado a bordo colocara al animal en un congelador por 16 horas. Cabe señalar que por cada 10 mil animales transportados por la aerolínea, 1.19 murieron durante los últimos tres años; la cifra más alta entre todas las empresas de Estados Unidos.
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