De consecuencias y costos no previstos (III)
La semana pasada cerramos la colaboración semanal del suscribiente dejando en el tintero de la reflexión lo que sucede tras la aparente imposibilidad de la titularidad del Ejecutivo Federal y de sus funcionarios a reconocer y enmendar errores, malas decisiones y caminos emprendidos que no llevan a ninguna parte y que son más que evidentes. Pero para ello, primero debemos entender el porqué de esa obcecada disposición y óxida reticencia a la más básica y sencilla de las humildades humanas.