Una de las características de la industria aérea y la razón por la cual es fuerte y segura, es que los errores que se cometen en ella son públicos, transparentes y sirven para que se tomen medidas inmediatas y no volver a cometerlos.
Pero la razón de que estos errores sean públicos es que nadie tiene la intención de perseguir a los responsables, sino de aprender de ello. El ánimo no es punitivo, es de aprendizaje y de cambio sistémico, de impulso colaborativo.
Esto se llama hoy “Cultura Justa”, es decir, un sistema en el cual no se castiga a operadores por sus acciones, omisiones o decisiones, siempre y cuando sean acordes con su experiencia y capacitación. Es decir, no se trata de tolerar errores de indisciplina o de negligencia, sino de aceptar que la vida profesional no es perfecta, tiene vicisitudes y en el trabajo cotidiano pueden cometerse errores involuntarios.
Durante la Semana de la Aviación en México, se trató este tema con un grupo de especialistas del Colegio de Pilotos, la OACI, la FAA, SICT y otros organismos de la industria.
Ahí se abordó este tema y se dijo algo que urge: la adopción de esta “Cultura Justa” en la aviación mexicana es impostergable. Se trata de una manera de enterarse de las malas noticias; de instalar un esquema donde en un clima de confianza entre los miembros de la organización, se permita expresar una equivocación sin temor a represalias y esto posibilte una mejora real de la seguridad.
Así, las autoridades podrían acceder a los aportes, las críticas, las notificaciones de eventos, de manera constructiva, en un clima de confianza que ayudará a las personas a trabajar más concienciados y más convencidos de que operan en una organización humana y justa.
Por el contrario, si se censura el reporte de incidentes, se castiga a las personas por sus errores y no se apoya a los trabajadores, se crea un clima de miedo al castigo que puede llevar a procesos reactivos, desmotivación, estrés, que en nada va a beneficiar a la industria.
Esto fue lo que ocurrió durante el período en que Víctor Hernández estuvo encargado del Seneam. Las amenazas, los despidos, la persecución contra los controladores, creó un clima que puso en riesgo a las operaciones aéreas. Este clima será difícil de desterrar y es por eso que urge instaurar prácticas profesionales de abordar los incidentes y los problemas de comunicación entre tripulaciones y controladores,
Pero no es sólo eso. Incluye una actitud de los operadores aéreos, los directivos de las aerolíneas y otras empresas del sector, los trabajadores de rampa, los supervisores, mecánicos, etc. Técnicamente, un sistema de reporte regulado por la cultura justa se vuelve predictivo, es decir, se puede predecir lo que sucederá en el sistema a través de la generación de data y del análisis para la mitigación de riesgos.
Hubo épocas en que existía el SIVRI (Sistema Voluntario de Reporte de Incidentes) creado por el CPAM, donde los reportes no eran anónimos pero sí confidenciales, y servían a este propósito.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. E-mail: raviles0829@gmail.com
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