La última misión espacial de La India entró con éxito en la órbita lunar, marcando un nuevo paso en el segundo intento de alunizaje del país y consolidando su programa espacial que busca alcanzar nuevas metas.
A diferencia de las potencias espaciales mundiales como Rusia, Estados Unidos y China, que previamente han logrado aterrizajes controlados en la Luna, la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) confirmó con éxito el ingreso de Chandrayaan-3 a la órbita lunar, tras tres semanas de su lanzamiento.
La misión, que tiene un costo de 74.6 millones de dólares, se prevé que aterrice cerca del poco explorado polo sur de la Luna entre el 23 y el 24 de agosto.
Esta misión ha sido posible gracias a la habilidad de India para mantener bajos los costos, mediante la adaptación y copia de tecnología espacial existente y la disponibilidad de ingenieros altamente cualificados que reciben salarios mucho menores que sus homólogos extranjeros.
Es importante destacar que el cohete indio utilizado en esta misión es menos potente que el Saturno V estadounidense. Sin embargo, la sonda ha adoptado una ruta más prolongada, orbitando la Tierra cinco o seis veces en elipse para ganar velocidad antes de ser enviada a una trayectoria lunar de un mes de duración.
Si el aterrizaje tiene éxito, el rover saldrá de la nave Vikram y explorará la zona lunar cercana, capturando imágenes que serán enviadas a la Tierra para su análisis. La misión está diseñada para tener una vida útil de un día lunar o 14 días terrestres.
S. Somanath, jefe de la ISRO, afirmó que los ingenieros han aprendido de la última misión fallida y han trabajado arduamente para solucionar los fallos. El programa espacial indio ha experimentado un crecimiento significativo desde que enviaron por primera vez una sonda a orbitar la Luna en 2008.
Además, el país se esfuerza por aumentar su cuota del 2% en el mercado espacial comercial mundial, lanzando cargas útiles privadas a una fracción del costo de sus competidores.
