Gracias a su capacidad para promover la eficiencia en procesos y aumentar los beneficios operativos, la aplicación de nuevas soluciones digitales –como el Big Data, la Ciberseguridad y el Internet de las Cosas (IoT)– puede ser el principal dinamizador de la industria aeroespacial y de defensa, de acuerdo con Indra, empresa tecnológica española.
A través de un comunicado, la compañía resaltó las conclusiones de Jorge Torres, experto de Minsait (filial de Indra enfocada en la transformación digital), durante su intervención en la cuarta edición de la Feria Symdex, la cual se llevó a cabo en Madrid, España, del 27 al 28 de junio del 2017.
Torres defendió la incorporación de estas nuevas tecnologías al afirmar que éstas agregan productividad y flexibilidad a los procesos de industrias complejas, especialmente en un campo como el de la defensa.
Del mismo modo, señaló que disponer de mayores capacidades de análisis de datos permite a las compañías medir con mayor precisión el rendimiento de su infraestructura a futuro.
“La disrupción digital abre posibilidades de mejora en cada etapa de las operaciones, generando impactos directos en todos los ámbitos del negocio”, apuntó Torres.
Por tanto, resaltó que para alcanzar estos beneficios, cada industria se tiene que reforzar en dos frentes:
- Delinear un Plan de Transformación digital por medio de un diagnóstico global que tome en cuenta factores como la relación con los clientes, las operaciones, la gestión de riesgos, etcétera.
- Incentivar la implementación de proyectos tecnológicos que fortalezcan la cadena de valor de las industrias, para que funcionen con mayor eficiencia y obtengan mayor productividad.
Actualmente, Indra participa en múltiples iniciativas que pretenden aprovechar las oportunidades de crecimiento por medio de la transformación de digital, incluyendo un proyecto de colaboración con el Ministerio de Industria, Energía y Turismo de España para transformar la industria de ese país.
De acuerdo con sus propios diagnósticos, las brechas en ciberseguridad pueden comprometer la operación de infraestructuras críticas de la aviación como el control de tráfico aéreo, lo que se traduciría en pérdidas estimadas en 400 mil millones de dólares a nivel mundial.
