ESTA NOTA SE PUBLICÓ EL 11 DE NOVIEMBRE DE 2022
Pablo Chávez Meza
Se espera que para el próximo año, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) cuente con las categorías 2 y 3 del Sistema de Aterrizaje por Instrumentos (ILS), para realizar aproximaciones de aeronaves sin necesidad de tener visibilidad mínima, tal y como se hace en algunos aeropuertos de Europa y Asia, expresó Pascual Álvarez, secretario técnico de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA).
En entrevista, el piloto aviador dijo que son equivocadas las aseveraciones de que la falta de certificación de tripulaciones y la incapacidad instrumental de las aeronaves sean razones por las cuales no se ha usado al AIFA a más capacidad.
En estos momentos, tanto el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) como el AIFA cuentan con categoría 1 de ILS, lo que significa que para hacer una operación de aproximación aún necesita tener referencias visuales, pese a que las tripulaciones, aviones y el sistema de tierra están certificados para estas operaciones.
Esto significa, dijo, que se debe cumplir con ciertos requerimientos de visibilidad vertical y lateral, es decir, se habla de techo.
En el AICM y AIFA se tiene la categoría 1, lo que significa que los pilotos deben tener, en promedio, 200 pies de techo y media milla de visibilidad con buenas condiciones climáticas; pero esto disminuye con cualquier fenómeno meteorológico, tales como lluvia, niebla, bruma, nubosidad, contaminación, una tolvanera.
“Todo lo que reduzca la visibilidad, cualquier fenómeno meteorológico que reduzca por debajo de eso, provocará no ver la pista”, dijo.
Explicó que el ILS no es una tecnología nueva, es de uso común en la industria, “no tienes que tener una aeronave de última tecnología para acceder a este tipo de aproximación, pero las flotas actuales de Volaris o Aeroméxico a nivel mundial tienen la misma capacidad, la misma edad de las flotas internacionales”, explicó.
El secretario técnico de la ASPA detalló que la flota aérea mexicana comercial tiene, en promedio, una edad de entre 10-12 años de antigüedad, flota que desde luego cuenta con el instrumental para ese tipo de aproximaciones más precisas.
Detalló que el ILS es un sistema que está basado en tierra, son dos emisores, un emisor en lo vertical y un emisor en lo lateral, son independientes. En la vertical es una trayectoria de planeo que se proyecta, regularmente, en promedio en 3 grados para ir descendiendo el avión.
Mientras que el emisor de lo lateral, manda señales a la tripulación para notificarles qué tan desviado están a la izquierda o derecha, para que puedan ir descendiendo, en esa pendiente de 3 grados y que te vaya manteniendo al centro de la pista.
Hay aeropuertos que tienen la categoría 2 de ILS, eso quiere decir que con la misma radioayuda el piloto puede llegar con menos visibilidad y menos techo a estar más cerca de la pista, y sería lo mismo con una aproximación categoría 3.
Precisó que en el caso de la categoría 3, ésta no llega a ser una aproximacipon cero-cero, es decir cero visibilidad vertical y cero visibilidad longitudinal, ya que eso en operaciones civiles no se tiene, debe haber ciertas referencias mínimas.
Álvarez dejó en claro que en el caso del AICM, no puede contar con las categorías 2 y 3, debido a la falta de espacio tanto entre las pistas como por el hecho de que la terminal aérea fue rodeada por la ciudad.
Pero en el caso del AIFA, dijo, teníamos entendido que iba a contar con aproximaciones, categoria 2 y 3, pero eso será en el futuro, todavía no están publicadas.
Puntualizó que estos sistemas tienen un costo, “siempre lleva un costo el mantenimiento de esas instalaciones, este tipo de instalaciones necesitan tener un back up de energía, como estás llegando tan cerca de la superficie cualquier corte de energía, interferencia, sería potencialmente catastrófica”, detalló.
Por ello, explicó, eso es un costo inherente, así que la administración del aeropuerto debe ver el costo de mantener durante 365 días disponible ese tipo de aproximaciones, esos equipos que se requieren llevan un costo, sobre todo porque hay que calcular de 365 días, cuándo y cuánto se ocupa y, además, quién absorberá el costo.
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