Alaska Air Group afirmó que no está preocupado por la baja tasa de producción de los aviones 737 MAX de Boeing, ya que está más centrado en la calidad y seguridad de los aviones, dijo un alto ejecutivo de la compañía.
La aerolínea con sede en Seattle, Estados Unidos, tuvo que dejar en tierra su flota MAX 9 durante semanas luego de que un panel de cabina se desprendiera en el aire en uno de sus vuelos en enero pasado.
La paralización le costó a la empresa 162 millones de dólares (mdd) en el primer trimestre lo que le significó números negativos, informó Reuters.
En una entrevista, el director financiero Shane Tackett dijo que Alaska ha desplegado más inspectores en las fábricas de Boeing desde el incidente para garantizar que el fabricante de aviones produzca aviones de la más alta calidad que pueda volar con confianza y seguridad.
"Estamos dando prioridad a la calidad y la seguridad. Y la tasa de producción simplemente no es una de nuestras prioridades en este momento", dijo Tackett a Reuters.
Anteriormente, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) limitó la producción del MAX a 38 aviones por mes después del incidente del 5 de enero. Sin embargo, la producción mensual de Boeing está muy por debajo de ese nivel y a finales de marzo cayó hasta un solo dígito, informó Reuters este mes.
La situación de Boeing se está extendiendo por toda la industria, obligando a las aerolíneas a ajustar sus planes de flota en un momento en que se prevé que la demanda de viajes alcance niveles récord.
Alaska, que opera una flota exclusivamente de Boeing, también ha recortado sus planes de crecimiento y ahora espera que su capacidad para 2024 crezca menos del 3% respecto al año anterior.
Tackett atribuyó la revisión a las expectativas de la compañía de entregas de aviones de Boeing inferiores a las esperadas.
Había planeado 23 entregas este año, pero el director ejecutivo Benito Minicucci dijo el mes pasado que la compañía esperaba alrededor de 10 aviones este año.
El incidente del 5 de enero puso en duda la certificación de la variante más grande MAX 10, que Alaska esperaba para la segunda mitad de 2025.
Tackett dijo que si bien no hay actualizaciones sobre el cronograma de certificación, Alaska espera más retrasos en el programa MAX 10.
De no haber sido por la inmovilización del MAX 9, Alaska habría obtenido ganancias en el trimestre de marzo, que tradicionalmente es su trimestre más débil.
Afirmó que Boeing ha compensado íntegramente en efectivo a la compañía por la inmovilización, pero Alaska busca una compensación adicional.
Se espera que el saldo de la compensación se destine más al crédito para futuras compras de aviones que al efectivo, dijo Tackett.
Facebook comments