Por Ed Bastian, presidente general de Delta Air Lines.
Traducción: A21.
Un analista de aerolíneas en el Deutsche Bank hizo recientemente una pregunta: ¿quién está subvencionando las pérdidas de Air Italy?
En un reporte del 7 de diciembre, la firma financiera notó que la oscura aerolínea italiana produjo un margen negativo antes de impuestos de 18.4% el año pasado, además de un margen negativo de 9.2% en 2016, lo que representa pérdidas de miles de millones de euros. Pese a esta hemorragia financiera, la aerolínea hoy cuenta con una nueva flota de aviones y anunció una expansión global de vuelos entre Milán y ciudades de América del Norte como Nueva York, Miami, Chicago, Los Ángeles, San Francisco y Toronto.
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— Air Italy (@air_italy_) 27 de diciembre de 2018
No necesitamos a Sherlock Holmes para que resuelva este misterio en particular. El benefactor es Qatar Airways, una empresa aérea gubernamental de Catar que recientemente adquirió 49% de Air Italy. Aún cuando sus recientes reportes financieros (los cuales son opacos) muestran que es una de las aerolíneas con peor rendimiento en la historia de la industria, con más de dos mil millones de dólares en pérdidas operativas en los últimos tres años, Qatar ha regalado a su nueva adquisición miles de millones de dólares en nuevos aviones, incluyendo aeronaves Boeing 787 y 737, y tiene planes para entregar unidades más grandes, como B777 y Airbus A350. Así, Qatar está usando a la pequeña, casi muerta, Air Italy para “cumplir” con su promesa a los Estados Unidos de no realizar vuelos de quinta libertad hacia ese país.
Recordemos que a principios del 2018 el gobierno catarí firmó un acuerdo con los EU en el que se comprometió a finalmente equilibrar la competencia justa en la aviación, luego de años y años de beneficios en subsidios gubernamentales a su aerolínea bandera, a través de los cuales expulsó a aerolíneas estadounidenses del mercado de Medio Oriente y la India, y puso en riesgo cientos de empleos en la Unión Americana.
Pero sólo unos meses después, Qatar recayó en sus viejos hábitos. Estas rutas italianas, que ya son altamente competitivas y bien servidas por otras aerolíneas, son económicamente inviables sin subsidios cataríes. Al inundar estos mercados con capacidad subsidiada y precios más bajos que el costo real, Qatar está lanzando otro ataque hacia las aerolíneas estadounidenses, sus empleados y trabajadores.
No deberíamos sorprendernos ya que, si todos jugaran bajo las mismas reglas, Qatar Airways no existiría. Y resulta increíble que, en la era del crecimiento global de la aviación, el reino catarí mantenga a flote su aerolínea estatal con una infusión masiva de dólares subsidiados. En su más reciente año fiscal, la compañía aérea tuvo pérdidas de mil 300 millones de dólares, voló menos pasajeros y advirtió que podría pedir otra inyección de capital a su gobierno.
Afortunadamente, esta situación ya captó la atención del Congreso de Estados Unidos. Recientemente, más de una docena de senadores enviaron una carta en la que expresan sus preocupaciones sobre la conexión entre Air Italy y Qatar, y su impacto en los trabajos estadounidenses.
Como presidente de Delta, mi trabajo número uno es cuidar a nuestros 80 mil empleados. En nombre de ellos, me uno a los senadores para pedir a la administración de Donald Trump que examine esta situación y envíe un mensaje fuerte al gobierno catarí de que estas acciones no pueden ser toleradas.
Necesitamos una respuesta a la pregunta de Deutsche Bank: ¿quién está subvencionando las pérdidas de Air Italy?
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