
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Ante el aumento de riesgos en el transporte terrestre de mercancías, el Aeroclúster de Tamaulipas ha llamado a reconsiderar el potencial del transporte aéreo de carga como una solución segura y eficiente, además de necesaria.
Y es que la carretera Monterrey–Nuevo Laredo, también conocida como Carretera Nacional, es la vena principal del comercio internacional entre México y Estados Unidos. Pero en lugar de ser una vía de progreso, se ha vuelto una zona crítica, marcada por la inseguridad y el desgaste.
“Estamos solos en el camino. Ya no es miedo, es resignación”, confiesa un transportista que recorre semanalmente esta ruta.
Los datos son contundentes: el Estado de México concentra el veinticinco por ciento de los robos a transportistas; Puebla, el veintiuno por ciento; y San Luis Potosí, el doce por ciento. La carretera que mueve la economía también pone en riesgo vidas.
Ruta crítica del comercio internacional
Nuevo Laredo es, por volumen, el principal puerto terrestre de comercio exterior de México. Más de 29.3 millones de toneladas de mercancías cruzan por aquí cada año, según datos federales. De ese total, 6.2 millones corresponden a exportaciones y 23.1 millones a importaciones.
Gran parte de esa carga tiene como destino u origen la Ciudad de México, pasando por corredores logísticos estratégicos como Monterrey, San Luis Potosí y Querétaro. Es una ruta vital no solo para el comercio transfronterizo, sino para todo el abasto nacional.
Según la Cámara de la Industria de Transformación de Nuevo León (Caintra), tan solo las empresas del norte del país perdieron más de cuatro mil millones de pesos por robos en carretera, y gastaron otros ocho mil millones en seguridad privada. A esto se suma la presión de los tiempos de entrega y el riesgo humano que implica cada viaje.
La indignación llegó al límite en febrero, cuando transportistas bloquearon la carretera en señal de protesta. Su grito llegó al Senado, donde se aprobó un punto de acuerdo para pedir a la Secretaría de la Defensa Nacional el reforzamiento de la Guardia Nacional en esa autopista.
También el tren está bajo asedio
La inseguridad no se limita a los caminos. La ruta ferroviaria Nuevo Laredo–Ciudad de México, clave para la logística industrial, también enfrenta una ola creciente de robos y actos vandálicos.
Nuevo León se posicionó en 2023 como la tercera entidad con más incidentes ferroviarios, con 62 eventos registrados solo en el primer semestre del año. Sólo Coahuila y Guanajuato reportaron más.
Las pérdidas también se cuentan en millones: más de mil ciento veintitrés millones de pesos en daños, según Caintra.
La carga aérea, una alternativa urgente y viable
Frente a esta situación, el Aeroclúster de Tamaulipas ha levantado la voz: es momento de considerar con seriedad al transporte aéreo de carga como una opción estratégica.
Su presidente, Raúl Llamas Cervantes, ha insistido en la urgencia de diversificar rutas y medios de transporte para preservar la integridad de las mercancías y garantizar tiempos de entrega.
“El transporte aéreo puede ser una solución viable, segura y ágil, especialmente en rutas como Nuevo Laredo–Ciudad de México, donde ya existe infraestructura y potencial para desarrollarla”, ha expuesto en diversos foros del sector.
Mientras que el Aeropuerto Internacional Quetzalcóatl de Nuevo Laredo movilizó solo 30 mil kilogramos de carga en todo 2023, el Aeropuerto Internacional de Laredo, Texas, procesó en el mismo periodo más de 208 millones 652 mil kilogramos, el equivalente a 460 millones de libras.
La diferencia es abismal. Y lo más revelador: ambas ciudades comparten geografía, pero no estrategia.
Mientras Laredo, Texas, es un nodo logístico global, en Nuevo Laredo aún falta consolidar su plataforma aérea. Es una oportunidad que México no puede seguir postergando si busca eficiencia, seguridad y competitividad en el siglo XXI.
Inversión urgente para despegar
Por ello, es prioritario que el Gobierno de México, ya sea mediante inversión directa o en colaboración con el sector privado, impulse la conclusión y operación de la plataforma de carga en el Aeropuerto Internacional Quetzalcóatl de Nuevo Laredo.
Este proyecto, con vocación logística natural, podría convertirse en un nodo clave de conectividad para el noreste del país.
“Además, establecer operaciones regulares de carga entre Nuevo Laredo y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) abriría una nueva gama de alternativas para el transporte nacional. Se reducirían riesgos en carretera y se colocaría a Nuevo Laredo en un nivel de alta importancia estratégica en materia de movilidad, eficiencia y competitividad logística”, concluyó Llamas Cervantes.
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