Por considerar como una “ocurrencia de campaña” de Andrés Manuel López Obrador la decisión de poner a la venta la flota de aeronaves presidenciales, Gustavo Jiménez-Pons retiró su intención de comprar el avión Boeing 787-8 Dreamliner, mejor conocido como “José María Morelos y Pavón”.
El presidente de GBS Air Enterprises, empresa que en agosto pasado ofreciera mil 900 millones de pesos al Gobierno entrante para adquirir el B787, tomó esta determinación al considerar que el próximo mandatario no tomó su propuesta de forma seria.
“Yo creo que tres cartas a lo largo de dos meses, sin obtener respuesta, demuestra que este próximo Gobierno no tiene de ninguna manera la intención de vender estos aviones”, comentó Jiménez-Pons a Milenio.
Asimismo, se dijo decepcionado por la falta de claridad sobre el proceso de subasta de la aeronave, dado que su empresa fue la única que realizó un ofrecimiento formal.
No obstante, cabe recordar que el presidente electo afirmó que lanzaría la convocatoria “inmediatamente” después la toma de posesión, este sábado 1 de diciembre.
La empresa de renta, venta y arrendamiento de aviones y helicópteros tenía planeado utilizar el avión matrícula TP-01 para proveer servicios de taxi aéreo VIP al sector de entretenimiento, o en su caso arrendarlo a jefes de Estado, incluído el propio López Obrador.
A inicios de noviembre, GBS reiteró su intención de adquirir la aeronave matrícula TP-01, y recomendó al mandatario electo conservar el hangar presidencial en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, mismo que sería demolido como parte del plan que reemplazará al proyecto del Nuevo Aeropuerto en Texcoco.
