Es con absoluto entusiasmo que veo surgir los primeros signos de emprendimiento innovador, verdaderamente colaborativo y, sobre todo, regional, entre Operadores Aeroportuarios, Compañías Aéreas y Proveedores de Servicios de Navegación Aérea en América Latina en general.
Sabiduría, para reconocer nuestras necesidades y posibilidades, y coraje, para creer en nuestra capacidad de tomar lo mejor de los conceptos y tecnologías, desarrollados en otras regiones, por lo que realmente pueden ofrecer a nuestras operaciones.
Tuvimos que pasar por el (previsible) desencanto con la adopción utópica del A-CDM Europeo - diseñado para necesidades y realidades operacionales y culturales ajenas a nuestras operaciones, como una panacea milagrosa e indolora.
Eurocontrol, ATFCM (Air Traffic Flow and Capacity Management), GDP (Ground Delay Program) son conceptos ajenos a nuestro universo.
Por otra parte, es gratificante ver la creciente comprensión de que operadores aeroportuarios, aerolíneas y proveedores de servicios de navegación aérea en nuestra región, necesitan COOPERAR para aumentar la eficiencia y capacidad de nuestros aeropuertos y desarrollar una visión realista de los beneficios y sacrificios inherentes a las iniciativas que buscan equilibrar Demanda vs Capacidad (esencia de la llamada operación CDM).
Existen nuevas tecnologías y nuevos conceptos en abundancia. Lo que es necesario, y me complace enormemente ver surgir, es sabiduría y coraje para poner dichas tecnologías y conceptos al servicio de nuestra evolución efectiva - y no al revés.
La superficie de nuestros aeropuertos puede (y debe) convertirse en el escenario de una operación más eficiente, más segura, más robusta y más predecible. Existen tecnologías modernas, eficientes y de bajo costo - especial énfasis en plataformas de vigilancia cooperativa multiusuario (MLAT/ADS-B) e Inteligencia Artificial.
Lo que nos faltaba, y ahora con gran optimismo veo surgir, es el espíritu emprendedor de jóvenes tomadores de decisiones, que tengan el coraje de romper con la cultura de los silos y cuestionaren:
“¿Cómo podemos, juntos – operadores aeroportuarios, aerolíneas y proveedores de servicios de navegación aérea – compartir esfuerzos, para poner las nuevas tecnologías al servicio de operaciones aeroportuarias eficientes, seguras, robustas y predecibles?”
No hay problema en importar nuevas tecnologías y conceptos. Sin embargo, no se puede “importar” una comprensión clara de nuestras necesidades y posibilidades, ni la sabiduría en el uso de dichas tecnologías y conceptos.
¡Éste es el mensaje alto y claro que los jóvenes tomadores de decisiones de nuestra región están enviando!
¡Bienvenidos a los Aeropuertos Colaborativos de América Latina, donde operaciones eficientes, seguras, robustas y predecibles son “un activo de todos” en lugar de “una responsabilidad de otros”.
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