La industria aeroportuaria a nivel mundial enfrenta al menos cuatro principales retos en el marco de la crisis por la pandemia de covid-19, entre ellos la reapertura de los mercados, el impulso coordinado de la distribución de vacunas junto con la realización de pruebas de detección, el impacto económico y la innovación tecnológica para reducir las áreas de contacto en terminales aéreas, manteniendo la seguridad y salud de los pasajeros, señaló Luis Felipe de Oliveira, director general del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), en entrevista con A21.
Para Luis Felipe de Oliveira, ingeniero químico que estuvo al frente de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) por cuatro años y ahora lidera ACI durante la peor crisis de la industria aérea, el primer gran reto es la reapertura de los mercados.
El Consejo de Aeropuertos estima que en 2020 habrá una pérdida de más de seis mil millones de pasajeros, lo que generará una reducción del 65% en los ingresos que se esperaban a nivel mundial, es decir, 112 mil millones de dólares.
En este sentido, ACI, en colaboración con otras instituciones como la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) han trabajado para desarrollar lineamientos de seguridad que puedan implementar los distintos países para proteger a sus ciudadanos de la importación de casos de covid-19.
“El problema es que cada país ha tomado sus decisiones o restricciones adicionales. No hay una armonización en el mundo para la apertura. En este sentido, el gran reto es devolver la confianza del viajero”, indicó De Oliveira.
Para hacerlo, gobiernos e industria deben impulsar de manera paralela la aplicación de pruebas de detección de covid-19 y esquemas de vacunación contra la enfermedad. Pese a que la sociedad ya ve a la vacuna como la salvación, aún hay un tiempo de espera de hasta dos años para que la aplicación sea a nivel global, indicó De Oliveira.
En este marco, la industria aérea (aerolíneas, aeropuertos, negocios, hoteles, etcétera) no puede esperar. Por eso, ACI y otras instituciones buscan que los países trabajen el tema de las pruebas masivas de covid-19 para impulsar la reapertura de mercados. El Consejo de Aeropuertos espera que la recuperación del transporte doméstico de pasajeros se dé para 2023, mientras que el internacional llegaría hasta 2024.
Es aquí donde entra el tercer reto para los aeropuertos a nivel mundial: la estabilidad socioeconómica que genera la industria aérea y que actualmente está en riesgo. De acuerdo con Luis Felipe de Oliveira, el 60% de los empleos en la industria está en las terminales aéreas, además de que son generadores de crecimiento económico en las zonas aledañas a sus instalaciones.
Antes de la crisis, el 65% de los aeropuertos del mundo ya tenían pérdidas económicas y esto sólo se ha acrecentado con el covid-19. Para una terminal aérea, la mayor parte de los ingresos viene de los pasajeros, que consumen alimentos al interior de las instalaciones, o adquieren productos en tiendas Duty Free.
“Europa fue la más afectada, con una reducción del 70% en ingresos; la región menos afectada fue Asia, gracias a China, en donde hubo una reducción del 59%”, señaló De Oliveira.
Finalmente, el último gran reto que ve De Oliveira en este momento es la innovación tecnológica.
“Tenemos que trabajar en una reducción de los puntos de contacto en los aeropuertos. En este sentido, la tecnología biométrica se desarrollará mucho y los países deben impulsar esta oportunidad de hacer todos estos cambios de una manera muy eficiente para que, con esto, el pasajero tenga un menor contacto físico al pasar por un aeropuerto”, indicó.
El reto del siglo: el transporte de las vacunas
Esta semana, varias aerolíneas a nivel mundial comenzaron el transporte de las vacunas contra el covid-19. El reto logístico es mayúsculo para toda la cadena del transporte aéreo, incluyendo los aeropuertos.
“Debemos estar preparados para esos aviones, y que haya un área en la que gobiernos y aerolíneas puedan encargarse de la logística. Además, hay decenas de entidades que se deben de conectar en una operación como ésta, como autoridades sanitarias, aduanas, empresas, compañías de handling, proveedores de hielo seco, etcétera”, indicó De Oliveira.
En este sentido, ACI ya llevó a cabo toda una documentación interna sobre los pasos a seguir que necesitan los aeropuertos para cumplir con su papel en esta cadena integrada.
“Trabajamos mucho en la coordinación con aerolíneas y otras entidades para que, cuando los aviones lleguen, todas las áreas estén conectadas y sepan cuál es su funcion que deben cumplir para que las vacunas lleguen lo más rápido posible a su destino. La coordinación es lo más importante”, finalizó.
