Suecia, cuna del movimiento ambientalista “flygskam” (vergüenza de volar), está cambiando su enfoque respecto a esta industria de la aviación. Ahora, el gobierno sueco, busca reforzar la competitividad del sector y anunció una millonaria inversión.
“Hay pocos motivos para avergonzarse de volar y, a medida que aumente el cambio hacia tecnologías respetuosas con el medio ambiente, habrá aún menos motivos para ello”, declaró Andreas Carlson, ministro de Transporte de Suecia.
El término “flygskam” se acuñó por primera vez en 2018, describiendo la conciencia culpable de los pasajeros respecto al impacto ambiental del vuelo y el calentamiento global.
Esta noción se convirtió en un movimiento ambientalista que desalentaba el viaje en avión para reducir las emisiones de CO2. Inicialmente promovido por el atleta olímpico Bjorn Ferry, la activista climática Greta Thunberg contribuyó a su difusión internacional.
El gobierno de derecha de Suecia, en coalición con los Demócratas Suecos, planea invertir más de 1,000 millones de coronas suecas, o 95.4 millones de dólares (mdd) para fortalecer su industria de aviación. Esta decisión responde a los desafíos que enfrentó el sector debido a la pandemia del coronavirus, los altos precios del queroseno y los efectos de la guerra en Ucrania.
Los fondos se dirigirán al sistema de redistribución de GAS, utilizado para costear la seguridad y el manejo de equipaje en los aeropuertos. A pesar de la significativa reducción en el número de pasajeros durante la pandemia, estos costos se mantuvieron sin cambios, generando deudas en el sector. Con la inversión prevista, se espera aliviar estas deudas y fortalecer la estabilidad financiera de la industria aérea sueca.
