Pese a que en 2016 las aerolíneas mundiales tuvieron un aumento de accidentes graves comparado con el año anterior, la aviación comercial sigue en ruta segura pues logró bajar su tasa de accidentes con víctimas mortales, en comparación con el promedio anual de los cinco años anteriores informó la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
De acuerdo con el organismo, el año pasado hubo 10 accidentes con 268 víctimas mortales, frente al promedio anual de 13.4 accidentes con 371 víctimas mortales registrados entre 2011 y 2015. Sin embargo, el antepasado sigue siendo el año más seguro, con sólo 4 accidentes y 136 víctimas mortales.
“Es cierto que hemos dado un paso atrás en algunos aspectos respecto a los resultados excepcionales de 2015; sin embargo, volar sigue siendo la forma más segura de viajar largas distancias. El objetivo es lograr que cada vuelo llegue seguro a su destino. Y cada accidente nos empuja a esforzarnos aún más en conseguirlo”, señaló Alexandre de Juniac, consejero delegado de la IATA.
De todas las regiones mundiales, África subsahariana fue la más segura para volar, pues no registró accidentes con pérdidas de cascos ni víctimas mortales que lamentar. En contraste, el Oriente Medio y la región Norte de África tuvieron la mayor tasa de accidentes con pérdida de cascos, con 2.49 accidentes por cada millón de vuelos.
Un accidente con pérdida de casco es aquél donde una aeronave resulta destruida o con un daño mayor que impida su reparación por cualquier motivo, incluidas las razones financieras de propietario.
Principales causas de los accidentes
El choque de un vuelo controlado contra el terreno, la pérdida de control en vuelo y las excursiones de pista, son las áreas que mayor atención requieren por parte de un programa de seguridad operacional, de acuerdo con Gilberto López Meyer, vicepresidente senior de Seguridad Aérea y Operaciones de la IATA.
Ante esto, el funcionario recomienda que las aerolíneas opten por unirse a estándares y prácticas de seguridad como los del programa SARP de la OACI, o los de la Auditoría de Seguridad Operacional (IOSA) de IATA.
En 2016, ésta certificación tuvo una tasa de accidentes en sus aerolíneas registradas de casi la mitad respecto al de los operadores sin este certificado (1.25 frente a 2.36), y tres veces inferior en comparación con la de no miembros de IOSA en los cinco últimos años.
Otra de las preocupaciones de la IATA es la proliferación de las operaciones de vehículos aéreos teledirigidos –comúnmente conocidos como drones– en el espacio aéreo cercano a los aeropuertos. Ante esto, IATA está trabajando con reguladores nacionales del sector para que se implementen estándares y reglas armonizadas (incluidas sanciones y multas), para así evitar que los usuarios de drones pongan a pasajeros de aviones comerciales en riesgo.
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