El parabrisas de un B787-9 de Virgin Atlantic se fracturó a 40,000 pies mientras volaba de Heathrow a San Francisco, lo que obligó al avión a regresar a Londres.
El vuelo VS41 se dirigía al Aeropuerto Internacional de San Francisco (SFO) y llevaba tres horas de viaje de 11 horas el 27 de mayo de 2024, cuando la tripulación de vuelo observó la grieta, detallaron medios estadounidenses de comunicación.
Un portavoz de Virgin Atlantic confirmó el incidente, afirmando que había habido daños en la “capa exterior del parabrisas de la cabina” y explicó que la capa exterior era una capa no estructural y resistente al desgaste.
La grieta apareció cuando el avión volaba entre Islandia y Groenlandia.
Si bien no está claro qué causó la grieta, la gran altitud a la que ocurrió indica que no pudo haber sido un choque con un pájaro.
Los informes indican que la temperatura exterior era de -58 grados Celsius cuando ocurrió el incidente.
El vuelo pudo regresar y aterrizar en LHR de manera segura, y los pasajeros recibieron alojamiento durante la noche antes de ser colocados en otro vuelo a San Francisco al día siguiente.
Este es el segundo incidente en un mes en el que el parabrisas de un avión B787 se rompe en pleno vuelo.
El 16 de junio de 2024, un KLM 787 Dreamliner con destino a Ámsterdam se vio obligado a regresar a Tokio después de que aparecieran grietas en el parabrisas del capitán a 25,000 pies.
