Ante la crisis que sufre Boeing con su programa B737 MAX, Aeroméxico no interrumpirá el adiestramiento de sus pilotos, debido a que el grueso de su flota todavía está compuesto por aeronaves 737 NG, señaló Francisco Gómez Ortigoza, secretario de asuntos técnicos de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) y piloto de Aeroméxico.
Sin embargo, mientras Boeing y la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos no validen los cambios necesarios que tendrán que realizarse en el adiestramiento de la familia MAX, Aeroméxico no podrá reestablecer la capacitación de sus pilotos para estas aeronaves en específico.
Todos los pilotos de ASPA cuentan con los adiestramientos correspondientes para la flota de Aeroméxico, compuesta por aviones B737 NG, B737 MAX y B787 Dreamliner. Unos cuantos se especializan en el MAX, indicó Gómez Ortigoza.
Recordemos que actualmente, cerca de 400 aviones de la familia MAX están en tierra, tras los accidentes de los vuelos 610 y 302 de Lion Air y Ethiopian Airlines, respectivamente. La línea del caballero águila cuenta con un total de 6 B737 MAX 8 en su flota y tiene una orden pendiente de hasta 84 aeronaves.
Boeing trabaja en el desarrollo de una actualización tanto de software como de adiestramiento y manuales para sus aeronaves MAX, aunque aún no hay una fecha precisa para relanzamiento comercial de estos aviones.
Tras el accidente y la decisión global de dejar en tierra a los nuevos aviones, Aeroméxico implementó los protocolos necesarios para mantener a sus pilotos y operaciones en activo.
“La empresa adecuó sus programas de capacitación para que los pilotos ocupen los aviones de la flota que le siguen en número, es decir, aquellos de los que tengan un grueso significativo” añadió Gómez Ortigoza en entrevista para A21.
A nivel global, las aerolíneas actuaron de manera similar, con lo que han logrado minimizar las afectaciones sufrirán durante el tiempo que los aviones MAX estén en tierra. Aún así, empresas como American Airlines tienen que cancelar hasta 90 vuelos diarios. En general, el impacto económico que sufrirá la industria por las cancelaciones, los retrasos en las entregas de nuevas aeronaves y el nuevo proceso de certificación es aún desconocido.
“Se tomarán las acciones necesarias para regresarlo a la aeronavegabilidad y que la gente pueda usarlo de una forma segura” aseguró el experto.
Finalmente, el experto recalcó su confianza en Boeing y en el programa MAX, además de que pidió evitar la publicación de rumores. Es mejor esperar a la publicación oficial por parte de los investigadores de los accidentes y a las actualizaciones validadas por las agencias internacionales de aviación.
“El accidente ha sido muy mediático y no hemos respetado el tema (en gran medida) por el impacto que se ha tenido ante tantos decesos. Pero (es mejor) esperar el dictamen final y los ajustes que vengan con ello, y a su vez evitar cultivar más miedos alrededor del tema”, concluyó Gómez Ortigoza.
