El satélite ERS-1 de fabricación europea cumplirá 25 años en el espacio, desde que fuera lanzado por la Agencia Espacial Europea (ESA), el 17 de julio de 1991, desde el puerto espacial cercano a Kourou, en la Guayana Francesa, mediante un cohete Ariane.
En aquel momento comenzó una nueva era para los satélites de observación de la Tierra. El ERS-1 fue capaz de revelar detalles nunca vistos hasta entonces, innovaciones que dieron paso a una oleada de adelantos tecnológicos por parte de Space Systems de Airbus Defence and Space.
Éste fue el primer satélite europeo equipado con un sistema radar e instrumentos de microondas para tomar medidas y captar imágenes del mar y de la superficie terrestre.
Los analistas quedaron admirados ante las imágenes que por primera vez se observaron de regiones de la Tierra habitualmente ocultas bajo las nubes o la niebla.
Según las especificaciones de la compañía, su haz escaneaba una franja de 4 mil kilómetros de largo por 100 kilómetros de ancho de la superficie de la Tierra, generando imágenes con una resolución de 30 metros.
Concebido para durar tres años, su vida se alargó hasta el año 2000, tiempo en el cual orbitó 45 mil veces alrededor del planeta y transmitió a la Tierra 1.5 millones de imágenes.
Su legado fue tan importante que dio pauta al ERS-2, con el cual trabajó en conjunto, ampliando su espectro de observación. Ambos lograron medir la temperatura del mar, seguir fenómenos como El Niño, captación de contaminantes y tiraderos clandestinos de petróleo en el mar, así como mediciones de las corrientes marítimas y del viento.
Después de su éxito probado, surgieron proyectos como el satélite medioambiental Envisat, el también primer satélite meteorológico europeo de órbita polar, MetOP, el CryoSat y la serie, Sentinel, entre otros.
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