Requiere el sector aéreo expertos en depresión

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un trastorno mental que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo, y en su condición más severa puede llevar al suicidio. Y dado que los pilotos, como parte de la población común, no son inmunes, es crucial para la aviación comprender y difundir esta problemática, afirmó Thomas Anthony, experto de la Universidad del Sur de California (USC por sus siglas en inglés).

Durante su participación en el XV Seminario Regional OACI/ASPA, el especialista dictó una conferencia en la cual repasó casos de accidentes aéreos de tres años consecutivos (teniendo como colofón el vuelo 9525 de Germanwings de 2015 que tuvo 150 víctimas mortales), que involucraron a profesionales de aviación que cometieron suicidio-asesinato, es decir, deliberadamente impactaron la aeronave bajo su mando para poner fin a sus días, quitando al mismo tiempo la vida de los pasajeros que transportaban.

Anthony explicó que hay dos vertientes de análisis que ayudan a comprender mejor este fenómeno: como un crimen y como una condición psicológica.

En la primera perspectiva, explicó, existe un modus operandi del suicida-asesino que ha sido delimitado por equipos de inteligencia como el Buró Federal de Investigación (FBI) de los Estados Unidos y que involucra patrones de conducta como:

• Asesinato en masa. Se suscita como un evento único y en un sólo lugar, que involucra el asesinato de cuatro o más víctimas.
• Premeditación. No es un acto impulsivo, sino que la intención del suicida-asesino parte de una idea planeada que puede tomar varios años.
• La idea del suicidio precede a la del asesinato, pero éste último acto se sucede antes que el primero pues están interligados en la mente del perpetrador.
• Perversión de la virtud. Se justifica el crimen por pretensiones de gloria y justicia (“seré recordado por esto”, “si yo muero, es justo que ellos mueran también”).
• Aislamiento social. “Era introvertido y ocultaba sus sentimientos”, declaró la novia del copiloto de Germanwings.
• Victimología. El suicida-asesino no suele dejar una nota explicatoria, pero la elección de sus víctimas es indicativa de su intención.

Suicidio para aliviar el dolor

En cuanto a la psique del suicida-asesino, algunos de los síntomas identificados por los expertos y que se cree fomentan la idealización del suicidio, son:

• Sobredimensión de los problemas. Se magnifican las frustraciones y se transfieren ya sea a personas ajenas a su vida o al trabajo (en el caso de los pilotos, se combinan ambas esferas).
• Dolor psíquico. Dolor intenso (psicosomático) que la persona profundamente deprimida busca aliviar a través del suicidio.
• Persona secreta/privada muy arraigada. Un gran distanciamiento de la realidad a través de una fantasía elaborada que deriva en la idea del crimen.
• Trastornos de sueño. Insomnio, problemas para respirar al dormir y, particularmente, pesadillas, exacerban los síntomas (el copiloto de Germanwings se despertaba a media noche gritando “¡vamos en picada!”).
• Factores hereditarios. El componente genético puede ser determinante.

Áreas de oportunidad

De acuerdo con el experto de USC, la investigación del caso Germanwings también reveló las tres principales fallas sistémicas que permitieron al piloto consumar el acto suicida-homicida: plantillas de tripulación de cabina masivas en aerolíneas, por lo que rara vez se conoce a la persona que vuela a tu lado; falta de adiestramiento y, lo más relevante, la legislación de la confidencialidad doctor-paciente, que impidió a los médicos reportar su preocupación por la condición psicológica del copiloto.

En suma, los hechos han sido analizados y las señales están ahí para ser detectadas: es responsabilidad de la industria el actuar en consecuencia.

Para finalizar, Anthony citó un ejemplo de programa de prevención: el Proyecto Copiloto de American Airlines, grupo de consejería liderado por capitanes con amplia trayectoria, entrenados para hablar con sus colegas sobre depresión en un ambiente seguro.