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26/04/2024

Aterrizaje en área protegida

Francisco M. M… / Jueves, 13 Octubre 2016 - 10:19

Todos los pilotos aviadores del mundo tenemos la obligación de seguir las más estrictas reglas de operación a las que puede estar sujeto profesionista alguno.

Nos pasamos la vida estudiando y cada seis meses estamos sujetos a exámenes y entrenamientos. Nos preparamos continuamente en todos sentidos para cumplir con estas reglas de manera ordenada y disciplinada, siguiendo nuestros procedimientos y teniendo en cuenta nuestra propia seguridad y la de nuestros pasajeros; somos conscientes de quién es quién a la hora de dar o recibir órdenes.

En los últimos días hemos sabido a través de los medios sobre el aterrizaje que un colega, piloto de helicóptero, llevó a cabo en una área protegida, llevando a bordo a políticos y sus acompañantes y ahora, por haberse tratado de lo que algunos han considerado una violación personal, el piloto al mando del helicóptero ha sido suspendido, multado y posiblemente hasta pierda su licencia de vuelo.

Su responsabilidad era realizar un vuelo y un aterrizaje seguro y así lo hizo, su deber era cumplir las órdenes y también las siguió, debió revisar visualmente el área de aterrizaje y los alrededores y así lo hizo, para asegurar que el punto de contacto cumpliera con los requisitos técnicos para aterrizar su helicóptero.

Para que cualquier aeronave obtenga autorización para despegar, proseguir a un destino y aterrizar, el Capitán debe abrir un plan de vuelo oficial y éste debe ser autorizado por la autoridad competente (o sea la DGAC), a través de su personal y oficinas en todos los aeropuertos del país.

Al presentar el plan de vuelo, el piloto también revisa entre una larga lista de cosas importantes las condiciones meteorológicas en ruta, en el punto de destino y en los aeropuertos alternos, también los NOTAMS (Notice to Airmen), en los que se publican todas las posibles restricciones que pueden afectar la operación de un vuelo en cualquiera de sus fases en el aire o en tierra.

El piloto de una aeronave no se manda solo, no puede aterrizar donde le dé la gana y cualquier cambio de destino también debe ser autorizado por la autoridad, por lo que, en este caso, la autoridad debió estar enterada y autorizó el vuelo en el que se ordenó al piloto donde aterrizar, y el Capitán no tenía por qué saber si el punto de aterrizaje está considerado como "protegido" para la operación, ya que nadie y por ningún medio oficial o no oficial se lo informó.

El licenciado Gamboa ya se disculpó por haber ordenado el aterrizaje en área protegida y la pregunta es: ¿entonces por qué la DGAC quiere castigar al capitán del helicóptero, si él cumplió con todos los procedimientos y obtuvo las autorizaciones de ley?

Este conocido político debería ser consciente del injusto daño profesional y personal que se causa al Capitán del helicóptero, a quien confió su vida. El licenciado Gamboa debería dejar escuchar su voz y meter las manos para sacar a su piloto del problema... es lo menos que debería hacer.

Personalmente no sólo me parece un acto injusto que la DGAC pretenda castigar al piloto; me parece hasta ilegal y no hay razón para pretender lavarse la cara y que todo el mundo se entere.

Como sea, me parece que también debería escucharse la voz del Colegio de Pilotos Aviadores de México y hasta la de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), ya que, aunque el piloto no sea miembro activo quizá los buenos oficios de estas dos respetadas instituciones podrían ayudar a nuestro colega piloto a salir del problema.

Me parece más una cuestión de moral y de ética el hecho de que los pilotos nos apoyemos cuando sea necesario, y eso debe incluir a pilotos de todo tipo y categoría, después de todo, arriba de 100 pies de altitud todos somos aviadores y el golpe (de cualquier tipo), cuando llega, duele igual.

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