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26/04/2024

Falta de tripulación...

Francisco M. M… / Jueves, 9 Junio 2016 - 09:48

Durante mi estancia en la sala de última espera en la terminal 2 del aeropuerto Benito Juárez, y listo para abordar mi avión con destino a Los Ángeles, se escuchó a través del sistema de comunicación la voz de un empleado de la aerolínea:

"Damas y caballeros, queremos informarles que su vuelo se encuentra demorado indefinidamente por falta de tripulación. Los mantendremos informados".

Resignado, me fui a sentar en una cafetería cercana a la puerta 57, y mientras ordenaba una taza de café pude escuchar los comentarios de algunos pasajeros a mi alrededor, y la mayoría se encontraban verdaderamente molestos, y con toda la razón, hay que decir.

En las últimas semanas nos hemos enterado de los problemas laborales entre Aeroméxico y sus pilotos que han afectado las operaciones de la más importante aerolínea de México.

Se han registrado demoras y cancelaciones que han afectado a miles de pasajeros. Este tipo de conflictos que, por cierto son cíclicos y originados siempre por las mismas razones, cuentan con una solución idéntica cada vez:

La exigencia de respeto a las cláusulas contractuales, mejores condiciones generales de trabajo y mayores sueldos por parte de los aviadores, y por el otro lado, la empresa pide a cambio mayor productividad, y al final la administración termina "comprando" esa necesaria productividad, y los pilotos terminan cediendo a cambio de dinero sus vacaciones, días de descanso, recesos mínimos, jornadas máximas y hasta su puesto en la línea de acenso, entre otros beneficios más.

He tenido oportunidad de platicar con algunos colegas activos, y tristemente tengo que decir que los veo hartos, fatigados, decepcionados, tristes, desconcentrados, enojados con la administración y también entre ellos mismos.

Me consta que son magníficos pilotos, porque tuve la fortuna de entrenar a muchos de ellos, pero durante el desarrollo de su trabajo hoy los veo con las manos y los pies en los controles aunque es fácil darse cuenta que tienen su mente en otra parte y eso, cuando se tiene la responsabilidad del cuidado y la seguridad de tantas vidas humanas, representa un alto riesgo y es algo verdaderamente peligroso.

En todo caso, personalmente me parecería una mejor estrategia sindical emplazar a una huelga legal por incumplimiento de contrato, que por fuerza debe traer atención y soluciones inmediatas en cualquier sentido en lugar de seguir aquella estrategia de "no cooperación" que, (como están las cosas al interior) sólo sirve para desprestigiar el nombre de la aerolínea y la de sus pilotos, para desgastarse como grupo, a dividirse como sindicato y lo que es peor, para poner en entredicho la seguridad de las operaciones de vuelo.

Más allá de lo anterior, la administración debería entender y aceptar que el piloto enfrenta diferentes situaciones cada día y muchas veces las decisiones "allá arriba" no son sencillas, por lo que es imperativo que mantenga sus cinco sentidos en volar el avión.

Es importante propiciar un adecuado ambiente de trabajo, el piloto debe encontrarse enfocado, descansado y alerta para reaccionar adecuadamente, y hacer siempre lo correcto y a tiempo ante cualquier situación inesperada.

Por su parte, los aviadores deben entender la situación de la aerolínea de cara a la feroz competencia, comprender los tiempos, el verdadero sentido de la productividad y los verdaderos problemas que enfrenta.

Deberían apoyar inteligentemente (como lo han hecho en el pasado) a las administraciones y cuidar la fuente de trabajo para lograr conjuntamente los mayores éxitos y enfrentar un entorno económico y político muy complicado a nivel tanto nacional como internacional.

El hecho de que una aerolínea gane dinero durante un ejercicio determinado no quiere decir que se encuentre en situación favorable, y además, ninguna en el mundo tiene el futuro garantizado porque de una forma u otra todas se encuentran en riesgos constantes de todo tipo, colores y sabores. Hay pruebas actuales de aerolíneas gigantescas y con excelentes números que de un día para otro han enfrentado una quiebra, y su desaparición definitiva debido a la avaricia de unos y a la intransigencia de otros.

En resumen, el tema es que durante la negociación de este conflicto laboral debe ser posible lograr un ganar-ganar para ambas partes, reconocer las necesidades de cada uno y actuar honestamente en consecuencia, en tiempo y eficazmente; de lo contrario, simplemente no funcionaría y al final afectaría a todos: trabajadores, administración y clientes en la misma medida.

Hay que decir que la intransigencia y el hígado de los pilotos podrían matar a la gallina de los huevos de oro, la administración podría llevarse una fuerte patada abajo del cinturón y su aerolínea ir a dar al bote de la basura... ya ha pasado.

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