La iniciativa del Cielo Único Europeo (SES) busca aumentar la eficiencia de la gestión del tránsito aéreo y los servicios de navegación aérea mediante la reducción de la fragmentación del espacio aéreo en este continente.
Para Graham Lake, exdirector general de la Organización de Proveedores de Servicios de Navegación Aérea (CANSO), el criticado proyecto del SES merece crédito por lo que se ha logrado, pero sostuvo que se requiere de una mejor gestión de las expectativas y una mayor responsabilidad.
En tanto, para el director general de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), Willie Walsh, la propuesta es “un escándalo”, en lo cual coincide con el director ejecutivo del grupo Ryanair, Michael O'Leary, para quien resulta ser “un fracaso”.
De acuerdo con información de Flightglobal, la Comisión Europea lucha con el desafío de qué hacer con SES, ya que la historia sugiere que las políticas de soberanía, defensa y derechos de los trabajadores presentan obstáculos insuperables para seguir avanzando.
Si bien los proveedores de servicios de navegación aérea (ANSP) señalan importantes esfuerzos y logros ecológicos individuales, la presión que ejercen los jefes de las aerolíneas es la consiguiente fragmentación del espacio aéreo europeo.
Por ello, las críticas a los resultados de SES son constantes, incluso la auditoría del programa realizada por la Comisión ha criticado el progreso y los resultados desde 2017, al reconocer que SES había tenido éxito en cambiar la cultura, pero no en ofrecer un Cielo Único Europeo.
La información del portal Flightglobal indica que el SES fue propuesto como una iniciativa política por la Comisión hace casi un cuarto de siglo, cuyo objetivo era mejorar la seguridad y la rentabilidad del sistema ATM europeo, que buscaba triple capacidad: reducir los efectos sobre el medio ambiente en un 10%; reducir los costos de ATM para los usuarios del espacio aéreo en un 50 %; y multiplicar por diez la seguridad.
Sin embargo, cuando el crecimiento de la demanda se desaceleró, los objetivos se volvieron irrelevantes respecto a la capacidad e inalcanzables en cuanto a rentabilidad. Un crecimiento más lento cambió las expectativas de los usuarios del espacio aéreo que cambiaron de aumentar la capacidad del sistema ATM a reducir su costo. Para 2018, los objetivos de abatir el carbono habían adquirido más atención.
Sin duda, SES ha creado una cultura de convergencia entre los estados europeos y sus reguladores, además de conducir a la creación del Organismo de Revisión de Desempeño Paneuropeo.
Por ello, Graham Lake asegura que los objetivos de SES no se han logrado según lo previsto, al menos en lo que respecta a los usuarios del espacio aéreo y quizás incluso a los administradores del espacio aéreo. Además de que la pandemia por COVID-19 empeoró los objetivos.
A pesar de lo anterior, Lake resaltó que se ha logrado un progreso beneficioso y se sigue mejorando. La búsqueda sostenida de los objetivos del SES está justificada. Para las líneas aéreas, los aeropuertos y los ANSP que buscan mejorar el sistema ATM con mayor rapidez, es más probable que los resultados se encuentren antes “mirándose en el espejo” (es decir, buscando eficiencias internas) y más cerca de casa que en la Comisión, indicó.
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