La semana pasada, la aviación mexicana tuvo un respiro de altura. Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), se convirtió en sede del primer Airport Day ACI-LAC México, un evento que reunió a los pesos pesados del sector aeroportuario latinoamericano para hablar de lo que importa: sostenibilidad, conectividad, innovación y, por fin, aeropuertos regionales.
No es poca cosa. Que un organismo del estado mexicano reciba al Consejo Internacional de Aeropuertos para América Latina y el Caribe (ACI-LAC), en su sexagésimo aniversario, no solo representa un logro institucional: es una señal de que el país —al menos en el discurso— quiere tomar en serio el papel de sus terminales.
El director general de ASA, CARLOS MANUEL MERINO CAMPOS, habló de construir una aviación “más equitativa, más eficiente y más humana”. Y sí, las palabras fueron certeras.
La aviación regional es, hoy más que nunca, una pieza estratégica en la movilidad del siglo XXI.
Pero no basta con buenas intenciones. Lo que sigue es aterrizar las ideas.
Más del 58 por ciento de los aeropuertos en México son regionales, según datos del propio ACI-LAC, que encabeza RAFAEL ECHEVARNE.
Sin embargo, buena parte de ellos apenas se mantienen en vuelo gracias al esfuerzo local y a una conectividad que depende más del calendario político que de una visión técnica o empresarial.
Para muestra, un botón: la semana pasada quedó claro que incluso dentro de ASA hay quienes aún no despiertan.
JUAN JAVIER CARRILLO SOSA, responsable del Centro Internacional de Instrucción (CIIASA), tiene bajo su dirección una de las plataformas de capacitación aeronáutica más importantes de América Latina… y sin embargo, anda más enfocado en cursos para operadores de tractocamiones, y “buscando el pony que le dejaron los Reyes Magos”…
Aplaudir la realización de este evento es justo. Celebrar el discurso, también.
Pero lo verdaderamente urgente es que lo hablado en la sala de juntas se traduzca en realidades, rutas, en inversión, en cielos abiertos para las comunidades que siguen viendo pasar los aviones… sin poder abordarlos.
Porque si algo necesita la aviación regional en México no es sólo reconocimiento internacional, sino decisiones nacionales valientes, alianzas con los clústeres productivos, incentivos reales a operadores aéreos y voluntad política para descentralizar los polos de desarrollo.
El Airport Day ha sido una bocanada de oxígeno en medio de una industria que —con excepción de los grandes hubs— vive al margen.
Pero si ASA quiere consolidar su liderazgo, ya lo hemos dicho antes, debe demostrar que puede hacer despegar no solo sus ideas, sino también sus proyectos enfocados al sector aéreo…
Lo cortés no quita lo urgente.
¡Queda Dicho!
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