El pasado 21 de agosto tuvo lugar, con gran asistencia, en un hotel de la Ciudad de México un maravilloso evento con el que el Grupo T21 celebró los primeros 25 años de existencia y 300 ediciones impresas de la revista T21, medio que se ha consolidado como el líder en el sector de la logística y el transporte nacional, éxito que contribuyó a la creación de este gran espacio aeronáutico que es A21 con el que mantiene cercanos lazos y que honra con albergar mis columnas.
Aprovecho el ambiente de fiesta para invitar a los estimados lectores especializados en la aeronáutica y seguidores de A21 a darle una visita a las páginas de T21 en su portal www.t21.com.mx en las que encontrarán, no solamente valiosa información adicional sobre el aerotransporte, sino interesantísimas referencias al contexto logístico y en general al de un transporte mexicano que hay que decirlo goza o padece, según se quiera ver, aquello que disfrutan o aquejan los demás medios para mover carga o personas, por cierto más entrelazados de lo que uno pudiera pensar.
Voy a referirme a mi caso personal; si bien siempre he sido, como digo, “gente de aviación” la realidad es que la vida me ha llevado a relacionarme, si bien no de manera tan profunda como con los aviones, también con los barcos, camiones y los trenes, tanto así que hace unos años pude disfrutar, con ciertas bases profesionales, de la experiencia de hacer un atractivo recorrido por las aguas de la desembocadura de ese Río de las Perlas ubicado en la región china de Cantón, Hong Kong, Shenzhen, entre otras urbes, que por su importancia en el comercio mundial genera algunos de los tráficos de barcos portacontenedores más grandes del orbe, oportunidad de la que obtuve más gracias a la familiarización que he logrado tener con los medios de transporte luego de mi participación en una aerolínea carguera mexicana, cuyo director me puso en contacto con los editores de T21, abriéndome las puertas al complejo pero apasionante mundo de la logística a la que entrego columnas tanto en su edición impresa como en su portal, privilegio que valoro enormemente.
Le garantizo, estimado lector, que acceder a los contenidos de T21 le resultará no solamente agradable, sino productivo. Y es que insisto, aquello que padece o disfruta un medio de transporte en México suele impactar en el resto, por lo que, por lo menos a mí y a mis columnas, no nos hace daño alguno, por el contrario, estar enterado de todo aquello que rodea el transporte de pasajeros y carga sea en el agua, en la superficie y claro está en el cielo, temas que por la complejidad de las operaciones requieren de análisis hechos por verdaderos expertos como los que integran el equipo editorial encabezado por mi amigo Osiel Cruz, a quienes saludo y felicito por esos primeros 25 años de luchar por ofrecer al lector hispanoparlante un medio de alta calidad, en este caso en un vital sector de cualquier economía, incluida la mexicana.
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