No es un secreto lo importante que en cierta época llegó a ser la aviación mexicana en el ámbito internacional. No hemos logrado recuperar del todo esta categoría pues es necesario retomar el enfoque de la política de Estado, para que esta actividad se vea de forma sistémica, sólo así podríamos recuperar las instituciones que llegamos a tener y que fueron nuestro gran orgullo.
La semana pasada se llevó a cabo la XXXII Reunión Internacional de Medicina Aeroespacial (RIMA) en León, Guanajuato, donde se dieron cita más de 300 asistentes que escucharon las disertaciones de 60 especialistas en esta área y entre los cuales destacaron varios mexicanos, durante las 11 sesiones de trabajo en diversas áreas de especialidad.
El encuentro fue organizado por la Asociación Mexicana de Medicina de Aviación y el Colegio Mexicano de Medicina Aeroespacial y el tema central fue “El factor humano y la medicina aeroespacial”. Aquí se pudo demostrar que este tipo de medicina tiene una especificidad que no puede ser soslayada, ya que al mezclar esta disciplina con la de otros tipos de transporte, se pierde el foco que se requiere para atender las afecciones que se muestran en la vida cotidiana del mundo de la aviación y los experimentos en el espacio.
Durante la reunión destacó el homenaje que se les hizo al Dr. Luis Ángel Amezcua González y a su esposa, por su trayectoria en el desarrollo de la medicina aeroespacial en México, ya que fue precisamente él quien en los años sesenta fundó al primer departamento de Medicina de Aviación en la Dirección General de Aeronáutica Civil. Un gran legado del que tenemos que estar muy orgullosos.
Entre las conferencias impartidas se incluyó oftalmología, odontología, investigación de accidentes y salud de los pilotos, ingeniería biomédica, riesgos cardiovasculares y fatiga de vuelo, entre otros. Hubo también algunos paneles, el más relevante dedicado al tema psicológico de las tripulaciones.
Tomando como base algunos antecedentes, como el ocurrido en Europa en el accidente de Germanwings en el cual la depresión del copiloto culminó en tragedia, se discutieron diversos aspectos relacionados con los factores que pueden provocar ambientes riesgosos en el comportamiento humano de los profesionales de la aviación.
La conclusión puede resultar polémica pero sin duda es realista: se dijo que aun cuando se realicen una multitud de pruebas psicológicas a los pilotos, mientras no exista un sistema no punitivo por el cual los tripulantes puedan plantear la realidad de lo que viven, las cosas no avanzarán, puesto que se tiene un marco muy coercitivo que inhibe la corrección de los problemas inherentes a la profesión.
Al respecto destacó la participación del doctor Carlos Salicrup, quien planteó la necesidad de que los médicos que realicen las evaluaciones periódicas de los tripulantes sean especialistas en este tema.
Como parte del llamado pre-Congreso, se ofrecieron dos cursos relacionados con el tema: el “Avanzado de Medicina de Aviación y Ambulancia Aéreas”, impartido por el propio Salicrup, además del curso: “Psicología en los cuatro medios de transporte”, sustentado por psicólogos aeronáuticos de México y Costa Rica.
Es evidente que México tiene muchísimo que aportar a esta especialidad y la plataforma de nuestra creciente industria aeronáutica es el marco perfecto para incorporar investigaciones. Sólo necesitamos rescatar la especificidad de Medicina de Aviación.
Pese a las astringencias presupuestales, tenemos todo para invertir en un área que puede rendir mucho. Es cuestión de ver cómo la industria aeroespacial hoy es un sector punta que genera empleos, divisas y transferencia de tecnología. Esto y otras especialidades pueden traernos muchos más éxitos si sabemos apuntalarlos.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. E-mail: raviles0829@gmail.com; twitter: @charoaviles
