En la actualidad, los aeropuertos de Estados Unidos siguen albergando más vuelos, más personas y más procesos; sin embargo, en muchos casos, operan en espacios que se construyeron hace décadas que daban cabida a una capacidad de viajeros mucho menor, señaló Andrew Dallmann, director de Productos de Atrius en Acuity Brands.
Señaló que estudios recientes apuntan a una fuerte recuperación de la demanda aérea mundial, por lo que los empleados de los aeropuertos están más atareados tratando de controlar este conjunto de actividades en constante cambio que exige respuestas rápidas e inteligentes.
"Por el contrario, situaciones conflictivas en el aeropuerto provocan grandes retrasos y pérdidas de ingresos, así como estrés y frustración.
“Por ejemplo, los pasajeros desembarcan del avión y alguien necesita una silla de ruedas, pero no hay ninguna cerca; la fila de seguridad más cercana a la entrada se alarga excesivamente porque la gente se dirige al control de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) más cercano”, afirmó Dallmann.
Explicó que algunas de estas situaciones se podrían disminuir con la implementación de sistemas de circuito cerrado de televisión (CCTV), pero requieren que el personal esté atento y tome medidas.
Las cámaras situadas en varios puntos de un aeropuerto pueden recopilar información sobre las actividades aeroportuarias, pero revisar manualmente las horas de grabación de las cámaras es una tarea que requiere mucho tiempo y una presencia humana constante.
Por su parte, ampliar un espacio o contratar más personal puede ser una inversión costosa que puede provocar un error humano y, al final, no es la solución.
Para solucionar este tipo de problemas, lo más adecuado es añadir una capa digital de tecnología a los procesos existentes, la cual puede ser una forma sencilla pero también muy eficaz de mejorar las comunicaciones y el flujo operativo.
Dado que las cámaras ya son un elemento universal en la mayoría de los aeropuertos, la digitalización de los sistemas de CCTV existentes puede ser una adaptación sencilla con un gran impacto en los procesos aeroportuarios.
Por esa razón, la tecnología digital ayuda al personal a conocer mejor cómo se utiliza un espacio, al tiempo que automatiza los protocolos para situaciones típicas.
Es decir, la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en estos sistemas de circuito cerrado de cámaras es una evolución que convierte un sistema estático en el último recurso de "búsqueda y localización" para sus empleados y proveedores, devolviendo respuestas a preguntas en milisegundos en comparación con las laboriosas búsquedas manuales.
Las cámaras pueden identificar cuándo los artículos requieren atención y los operadores pueden ser alertados para solucionar una situación antes de que se convierta en un problema.
Aunque algunos consideren que los circuitos cerrados de televisión son dispositivos de antaño, lo cierto es que se siguen utilizando habitualmente en aeropuertos de todos los tamaños en todo el mundo. Su amplio uso los convierte en un lugar lógico para empezar a incorporar tecnología inteligente en los aeropuertos que no están preparados para un rediseño estructural masivo.
Los aeropuertos que dispongan de este puente entre el mundo físico y el digital podrán ahorrar una cantidad significativa de tiempo y dinero, mejorando sus operaciones y la satisfacción del cliente.
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