Las nuevas tecnologías, desde hélices avanzadas y sistemas de gestión de vuelo hasta software enfocado en optimizar rutas para reducir el uso de combustible, están cambiando la industria aeronáutica a medida que los vuelos eléctricos e híbridos se convierten en realidades cotidianas para los viajeros comerciales, privados y militares.
Estos avances están haciendo que los viajes aéreos sean más cómodos y más sostenibles, pero también lo hacen más intensivo en energía, ya que ahora las compañías buscan entregar cargas más altas, de manera más eficiente. Por lo tanto, GE Aerospace está afrontando estos desafíos.
“Es fundamental que desarrollemos infraestructura eléctrica en los aviones para hacer frente a estas cargas de energía más grandes”, indicó Joe Krisciunas, presidente y gerente general de la empresa con sede en Dayton, Ohio.
Para ello, indicó que están desarrollando una “red inteligente para un avión”, refiriéndose a las redes terrestres que ayudan a las empresas eléctricas a generar y transmitir energía, al mismo tiempo que monitorean el uso, utilizando tecnología digital para administrar las cargas y los canales de distribución en tiempo real y así lograr la máxima eficiencia.
“La propulsión eléctrica viene con requerimientos de energía en órdenes de magnitud más altos, más de cien veces la energía que usa el resto de la estructura del avión”, agregó Krisciunas.
Para lograrlo, se necesita un sistema eléctrico más grande, indicó refiriéndose también a que un avión debe tener su propia infraestructura de red eléctrica, ya que debe generar electricidad, convertirla y distribuirla a donde se necesita, y debe hacerlo todo de manera segura y confiable.
El trabajo realizado por Electrical Power Systems de GE Aerospace, también es fundamental para los objetivos de sostenibilidad más amplios de la compañía, entre ellos el de lograr emisiones netas de carbono cero, indicó.
Al asociarse con la división de Motores de GE Aerospace, el equipo de Sistemas de Energía Eléctrica ha sido parte integral de la inversión de 260 millones de dólares en cinco años que GE destinará para desarrollar un sistema de propulsión eléctrica híbrido de clase megavatio con la NASA.
“Esta asociación es clave para combinar nuestra experiencia en energía que aporta el equipo de sistemas con la experiencia en motores que nuestro equipo ofrece hacia un sistema eléctrico híbrido. Tenemos una configuración única para la integración”, sostuvo Krisciunas.
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