Mientras en la Summit Aeroespacial de Guanajuato somos testigos de cómo este sector crece y las empresas aeroespaciales hacen enormes esfuerzos por desarrollar proveedores, certificar procesos y piezas, institucionalizar y profesionalizar a todo tipo de jugadores de este sector, vemos con mucha tristeza que a nuestras autoridades aeronáuticas aún les falta mucho para convertirse en promotores de la inversión, el empleo, el crecimiento económico y la excelencia como país.
En la Summit Aeroespacial Guanajuato 2023 pudo verse a un sector pujante, que ha tenido que salir adelante casi solo, aprendiendo unos de otros, las empresas grandes promoviendo la creación de cadenas de proveeduría, la certificación de plantas y piezas de aeronaves, drones y otros productos del sector aeronáutico, espacial y de defensa.
Mientras tanto, las acciones de los tres grupos aeroportuarios, que en total gestionan a 35 de las mayores terminales aéreas del país, caían en picada tras conocerse el oficio que la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) envió el miércoles pasado, para anunciarles el cambio de modelo tarifario sin haber concertado con ellos las condiciones, lo cual contraviene los términos de los títulos de concesión de estos grupos.
Pareciera que existen dos Méxicos: el que mira para adelante, el que ya está interactuando con el nearshoring, desarrolla nuevos productos y sistemas, se prepara a recibir muchos y diversos inversionistas de todos los continentes y el otro México, el que inhibe a la inversión privada y hace todo lo posible por expulsar a la inversión extranjera.
En este pedazo de México hay una Feria internacional -la Hannover Messe- mostrando los nuevos desarrollos, la robótica, el mundo 3D y la inteligencia artificial que puede ser albergada en México; un encuentro empresarial de industriales a nivel global (Industrial Tranformation México, ITM) y una reunión de alto nivel en un sector punta, el Aeroespacial (la Summit 4.0), un evento que habla de un país que está viendo al futuro aunque hasta el momento se ha movido por sus propias fuerzas, a veces apoyado por gobiernos estatales, pero siempre propulsado por la fuerza de las empresas más relevantes a nivel mundial (Airbus, Safaran, Boeing, GE, Siemens, etc.) y el impacto que han logrado entre el empresariado mexicano que hoy integra la cadena de suministro y quiere ir por más.
Sin embargo, la otra parte de la industria, la del transporte aéreo, parece que naufraga entre decisiones erráticas y la falta de comprensión de los reguladores; entre la Categoría 2 que provocó un bache de 28 meses, del que aún no sabemos cómo saldrá adelante y la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México que le dejó al AICM una deuda directa de 4,200 millones de dólares, que hasta ahora nadie sabe quién pagará pero que se adivina a leguas que se la van a endosar a los parientes ricos (o al menos que parecen ricos), es decir, los Grupos Aeroportuarios.
¿Quién va a pagar lo demás: el AIFA y su ciudad militar, la aerolínea del Estado manejada por la empresa texana, más lo que se acumule? Ya lo veremos.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. E-mail: raviles0829@gmail.com
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