La presencia de los militares en la vida económica de México es un asunto que va adquiriendo dimensiones insospechadas e incongruentes con nuestra democracia supuestamente civil. Aclaro: no tengo nada contra los militares, y menos contra los de la Fuerza Aérea, entre cuyos miembros puedo contar a algunos amigos entrañables y muchos respetables ejemplos de rectitud y entrega. Pero una cosa es una cosa y otra cosa… ya son dos.
Por aquí y por allá nos vamos enterando de cómo diversas actividades de la vida económica, como la administración de los Puertos marítimos, es ahora puesta en manos de las fuerzas armadas. ¿Será que los civiles no saben hacerlo? ¿Será que los militares llevan años administrando los puertos comerciales y lo saben hacer a las mil maravillas? ¿Será que de verdad se requiere, perentoriamente, que lleguen los comandos armados a rescatar las terminales marítimas?
Ya de por sí parece un despropósito que se ponga a las fuerzas armadas a hacer cosas que le corresponden a los ciudadanos de a pie, como construir carreteras, hospitales o aeropuertos. ¿No hay acaso una larga y fructífera carrera de ingeniería civil en donde sobresalen nombres insignes que saben construir bien? ¿Hasta dónde llegará esta paulatina transferencia de funciones? ¿Qué no es mejor que ellos se dediquen a lo que saben hacer y para lo cual han consagrado su vida: la seguridad de la población?
El tema del Aeropuerto en Santa Lucía merece más análisis, sin duda, pero es evidente que haber optado por este “alterno” va más allá de la conveniencia de usar una infraestructura que estaba ya “probada” (si se puede llamar así). Un vistazo atento a la propuesta de Aeropuertos de París muestra que hay cierta intención de mudar al AICM al emplazamiento de Lucía, a pesar de las nieblas, de los mamuts y de la absoluta insensatez de hacerlo, pues a máxima capacidad se consideran 4 pistas que no podrían convivir jamás con las 2 que tiene el actual Aeropuerto capitalino para gestionar 110 millones de pasajeros. ¿Qué hay detrás de este estudio? ¿Es sólo un divertimento de ADP?
Pero hay otros dos elementos que no terminan de cuajar en una lógica de aviación civil. Por un lado, están las informaciones acerca de la injerencia cada día más patente de los elementos de las fuerzas armadas en el Control de Tránsito Aéreo, con la próxima adquisición de radares para el espacio aéreo (sabemos que no estamos pasando por el mejor momento de Seneam pero eso se puede subsanar con una reestructura interna).
El otro elemento es que en las instalaciones del Centro Internacional de Instrucción de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (el CIIASA Roberto Kobeh González) ya se están preparando a 200 militares este año y 1,400 en el 2021, en materias como Seguridad Operacional, Seguridad en tierra y Factores Humanos, entre otros. Esto suena muy bien para la Fuerza Aérea, pero es una capacitación que la aviación civil ha solicitado y siempre se le ha negado por falta de recursos.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables, resarcirle a los trabajadores su patrimonio y dejar de culparlos por el quebranto.
E-mail: raviles0829@gmail.com
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