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23/12/2024

Humildad, escaso valor en lo aeronáutico

Juan A. José / Martes, 15 Agosto 2023 - 20:17

Resulta toda una ironía que una actividad como es la aeronáutica, dotada de tal capacidad de maravillar y por ende generar un fuerte sentimiento de humildad al ser humano, que consciente de sus limitaciones, entre las cuales está que a diferencia de las aves no puede volar por sus propios medios, también resulte una labor altamente generadora de personalidades en las que la falta de humildad es su principal característica.

La humildad es lo contrario a la soberbia, término que se relaciona con un sentimiento de superioridad frente a los demás, en especial a los subordinados o a quienes se les considera de menor nivel, que provoca un trato distante, despreciativo y hasta inmoral e ilegal hacia ellos.

El tema de los accidentes aéreos llama la atención de muchos aeronáuticos incluyendo a quien firma esta entrega y no por morbo, sino debido a lo valioso de las lecciones que nos regala. Seguramente no soy el único en haberse dado cuenta de la cantidad de eventos, muchos de ellos catastróficos, que han tenido lugar como consecuencia de un exceso de soberbia por parte del comandante de la aeronave, que incapaz de tener la humildad de considerar siquiera la posibilidad de que sus decisiones de lo pilotaje no han sido las correctas, contribuye de manera decisiva en el accidente.

Hay que decirlo: si bien afortunadamente no todos, sin duda una cantidad importante de pilotos aviadores y más algunos volando grandes aviones de aerolínea, representan la epítome de soberbia. De la misma forma, al resto de los aeronáuticos nos puede y de hecho nos suele ganar la arrogancia, sabedores de la naturaleza de la actividad en la que nos desempeñamos, por cierto, una que ha llamado, sigue y seguirá haciéndolo siempre el interés de los “terrestres”, es decir de quienes no tienen que ver con ella.

No descarto que algunos de mis estimados lectores igual y están pensando que determinados columnistas pecamos de altivez. No los culpo, pero por favor no lo tomen personalmente. Esta columna tiene, por lo menos desde la perspectiva de su autor, el propósito de llamar la atención de los aeronáuticos para que, como se dice coloquialmente “le bajemos dos rayitas a la vanidad”, en especial a su más desagradable expresión que, en mi “humilde” opinión, es la altanería y comprendamos que por cercanos que estemos a las artes del vuelo, al final de cuentas no somos ni más ni menos que cualquier otro profesionista. De la misma manera igual y es tiempo además de comprender el riesgo a la seguridad, eficiencia, sustentabilidad y sostenibilidad de la aviación que representa esta actitud.

Dicho en pocas palabras: el uso excesivo de autoridad, propio de la falta de autocontención no solamente desmotiva y desconcierta, también lastima y causa muertes innecesarias tanto en el aire como en tierra y esto último incluye la casa, la calle y el trabajo, en los que la soberbia debería ser desterrada.

“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

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