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23/11/2024

Sobre el accidente del RJ-85

Francisco M. M… / Jueves, 8 Diciembre 2016 - 08:09

Hace unos días y apenas unas horas después del fatídico accidente del RJ-85, que transportaba a un equipo brasileño de fútbol, las conversaciones grabadas entre la controladora de tráfico aéreo y los pilotos del avión accidentado ya eran de dominio público en las redes sociales y en algunos medios.

Aún antes de eso, de manera increíble y además irresponsable se vertieron comentarios de todo tipo y con diferente tendencias en las propias redes sociales y noticieros sobre las causas del accidente que tristemente cobró la vida de 71 personas.

Hemos sido testigos de cientos de opiniones "calificadas" por parte de personas con afán protagónico y aún en el momento de escribir estas líneas muchos insisten en ese afán que ya cae en el amarillismo y en la morbosidad

Podría entender, sin aceptar, que personas que no conocen el medio de la aviación opinen sobre este accidente, tomando en cuenta que son ignorantes de cómo se desarrollan las cosas durante la compleja operación de una aeronave comercial y que no guardan las formas debidas justamente porque no saben de lo que están hablando y solo los mueve el afán de participar.

Sin embargo, cuando estos comentarios son hechos públicamente por pilotos aviadores (no investigadores oficiales) o gente de aviación que vive la industria todos los días, resulta por demás irresponsable y una grave falta de sensibilidad y tacto, por decir lo menos.

El Anexo XIII de OACI establece claramente los procedimientos, reglas y protocolos bajo los que se debe regir la investigación de un accidente aéreo y, esto, hecho única y exclusivamente por personal certificado, calificado y convocado para llevar a cabo dicha investigación.

Las agencias federales de Colombia, Brasil y Bolivia, que son los países involucrados que se encargarán de investigar,
concluir y recomendar sobre este accidente, cuentan con las recomendaciones de OACI y las de su propio país de origen, y con reglas muy claras para realizar su delicado trabajo.

Esta investigación deberá cubrir entre otros aspectos: operaciones, estructuras, despacho, motores, sistemas, control de tráfico aéreo, condiciones de tiempo, factores humanos y, desde luego, las grabadoras de vuelo y de voz del avión. Al final todo queda escrito a veces en gruesos volúmenes con todos los datos e información necesaria.

Las conclusiones para llegar a la causa probable y los factores contribuyentes puede llevar muchos meses de investigación por parte de profesionales. Cualquier interferencia no autorizada en dicha investigación podría ser sujeto de persecución judicial.

De acuerdo con lo anterior, quien haya tenido la estúpida idea de hacer pública la grabación oficial de las voces de los involucrados podría enfrentar años de prisión por el simple hecho de interferir en una investigación federal.

Quien hizo pública la citada grabación y todos esos "genios" y "especialistas" del medio (sin importar los puestos que puedan ocupar) que han externado su opinión sin estar certificados como investigadores y sin haber sido convocados, no tienen ni idea del grave e irreparable daño que han causado a quienes perdieron la vida y a sus familias.

A pesar de todos sus problemas, México tiene una industria aérea muy importante y quienes laboran actualmente para ella desde cualquier cabina de avión o escritorio deberían comportarse a la altura de forma ética y responsable, y evitar cualquier comentario cuando un accidente se presenta.

Aquí queda pues la invitación, a todos, para permanecer en silencio cuando tengamos que lamentar cualquier incidente o accidente aéreo.

Deberíamos abstenernos de opinar sobre el tema y permitir que se realice la investigación oficial que informe las causas probables y los factores contribuyentes sin interferencias de ninguna especie.

Es importante recordar que durante la investigación de un accidente aéreo no se buscan culpables, sino aclarar las causas y hacer las recomendaciones que los investigadores crean convenientes para evitar que un accidente así se repita.

La persecución de culpables y sus castigos, si es que existen, pertenecen a instancias judiciales quienes, por cierto, ya han empezado a actuar con la detención de uno de los dueños de la aerolínea quién es acusado inicialmente de homicidio culposo.

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