Cuestionan expertos seguridad en AICM, por interferencia ilícita

Las brechas en la seguridad operacional y física del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) han superado a los funcionarios designados por la Secretaría de Marina (SEMAR), lo que significa que los encargados de la gestión del recinto han demostrado una preocupante incapacidad e inexperiencia.

De acuerdo con José Luis Calderón González, experto en Seguridad Aeroportuaria, esto quedó de manifiesto con el hecho ocurrido en días pasados, cuando un menor de edad logró burlar la barda perimetral del AICM y llegar hasta el tren de aterrizaje de una aeronave que se disponía a despegar.

Aunado a esto, añadió, se encuentran problemas como fallas en las escaleras eléctricas, deficiencias en los baños, problemas en los sistemas de operación aérea, fugas y filtraciones de agua, falta de mantenimiento general y un sistema de seguridad física en la zona restringida, que se encuentra debilitado y deficiente.

El especialista explicó a A21 que el AICM es considerado como la principal puerta de entrada al país, además de uno de los aeropuertos más destacados de América Latina y experimenta un año récord con la proyección de alcanzar los 52 millones de pasajeros.

Sin embargo, dijo, desde que la administración del aeropuerto pasó a manos de un militar retirado, han surgido una serie de problemas críticos.

Estas problemáticas, puntualizó, se han manifestado en eventos alarmantes, como la reciente falta de equipos operativos para llevar a cabo revisiones en la zona estéril de la Terminal 1, así como otras vulnerabilidades en su perímetro.

El 3 de septiembre pasado, el AICM fue sacudido por un incidente inusual que planteó serias dudas sobre la seguridad en sus instalaciones, ya que un menor de edad logró burlar “las obsoletas y mal diseñadas barreras perimetrales”, al saltar y correr por la pista de aterrizaje y llevar a cabo una serie de acciones temerarias que pusieron en peligro la seguridad de pasajeros y del personal, detalló.

“Lo más alarmante de este incidente radica en que este individuo, supuestamente bajo los efectos de sustancias psicotrópicas, puso en grave riesgo no solo su propia vida, sino también la de los pasajeros y la tripulación de una aeronave. Su presencia en el tren de aterrizaje, una de las áreas más delicadas de una aeronave, planteó una amenaza inminente y se considera un acto de interferencia ilícita en términos de seguridad aeroportuaria y de aviación civil”, dijo.

Calderón González expresó que este incidente puso de manifiesto la falta de sistemas de protección perimetral adecuados en el AICM, así como la ausencia de un sistema de detección de intrusiones que proporcionara una alerta temprana.

Además se nota una deficiencia en los sistemas de videovigilancia en una de las infraestructuras de aviación civil más importantes de la región, lo cual es sumamente preocupante, puntualizó.

Fuera de normas

Mencionó que autoridades extranjeras y especialistas en seguridad, han señalado que la zona restringida de un aeropuerto debe estar protegida de manera que nadie pueda acceder sin autorización, y en caso de que lo hagan, debe haber una reacción inmediata.

Lamentablemente, explicó, esto no ocurrió en el AICM, ya que el individuo que ingresó sin autorización tuvo tiempo suficiente para llegar al avión y subir al tren de aterrizaje.

Indicó que la protección perimetral en la zona restringida de un aeropuerto es esencial para garantizar la seguridad y, por normatividad, debe incluir cercos perimetrales de seguridad certificados, iluminación de seguridad adecuada, sistemas electrónicos de detección temprana y videovigilancia, patrullas de seguridad regulares y un estricto control de acceso.

Este incidente resaltó las deficiencias en la formación y experiencia del nuevo personal militar encargado de la seguridad en el aeropuerto, la presencia de militares, muchos de ellos retirados, no parece estar contribuyendo a mejorar las condiciones de seguridad en las infraestructuras críticas asignadas, dijo.

El especialista sostuvo que la seguridad en el perímetro del aeropuerto es responsabilidad tanto del AICM como de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), quienes deben supervisar el cumplimiento de las medidas de control y establecer una estrategia con mecanismos para disuadir, detectar, retrasar y rechazar cualquier intento de intrusión con anticipación.

Esto se requiere para evitar que alguna amenaza llegue a los puntos vitales del aeropuerto, como las pistas, calles de rodajes, aviones, radares, áreas de combustibles.

“Lamentablemente, esta protección no se está dando en el AICM, ya que su sistema de seguridad perimetral ha presentado varios fallos, pero incluyendo ya en el pasado”, dijo.

Calderón González expresó que este incidente constituyó un acto de interferencia ilícita según el Código Penal Federal, a pesar de los comunicados que elogian el desempeño de los equipos de seguridad del AICM, es importante destacar que, en este caso, fueron los pilotos del avión con matrícula XA-VLE de la aerolínea Volaris, quienes asumieron funciones de seguridad y vigilancia en la zona restringida.

“Fueron ellos quienes detectaron, identificaron y reportaron la amenaza a la Torre de Control, mientras la aeronave se encontraba detenida en la pista 05 Izquierda, alrededor de las 13:20 horas”, señaló.

Precisó que la Torre de Control se encarga de las operaciones no de la seguridad en tierra. Sin embargo, en este caso fue este personal de operación aérea quien desencadenó la movilización de los equipos de seguridad que, previamente no se habían percatado de lo sucedido por falta de medios técnicos o humanos suficientes para la custodia del perímetro de la zona restringida.

Por ello, el especialista puntualizó que esto resalta una preocupación importante, que “es la falta de sistemas de seguridad físicos y electrónicos adecuados y proporcionales a los desafíos de seguridad actuales que enfrenta el AICM”. 

La situación plantea cuestionamientos válidos sobre el papel y la contribución de los actuales encargados del AICM, así como sobre la coordinación con las empresas de seguridad privada encargadas de la vigilancia y la instalación de sistemas de protección perimetral en la zona restringida, como cámaras, enrejados y sistemas de detección, cuestionó.

Por ello, externó que dada la existencia de problemas de seguridad y las vulnerabilidades observadas, resulta esencial evaluar si la presencia de personal militar, en su mayoría retirado, está teniendo un impacto efectivo en la seguridad y protección del aeropuerto y sus instalaciones, o si, por el contrario, es necesario someterlo a un proceso de revisión y mejora para garantizar la seguridad de los pasajeros, la tripulación y las operaciones aeroportuarias en general, añadió.