La escasez de aviones en Rusia está frenando la demanda de viajes, esto sucede pese a que la guerra entre dicho país y Ucrania impulsó los vuelos por una larga temporada, informó la agencia informativa Reuters.
Con la mayor parte del espacio aéreo europeo cerrado a las aerolíneas rusas, la mayor parte del tráfico se ha trasladado a las rutas nacionales, según muestran los datos del organismo de control de la aviación civil de Rusia, Rosaviatsia.
Los viajes internacionales se han centrado en países que no han impuesto sanciones a Moscú, como Turquía, los países exsoviéticos y los Emiratos Árabes Unidos. Egipto, Tailandia y China también han ganado popularidad en comparación con los niveles previos a la pandemia.
En cambio, el número de pasajeros que vuelan a Europa ha disminuido a unos pocos cientos de miles desde casi 10 millones en 2019, según los datos.
No obstante, 80% de la flota de Rusia es de fabricación extranjera, según muestran los datos del proveedor de inteligencia de aviación suizo ch-aviation. Airbus y Boeing representan dos tercios de la flota de 865 aviones de Rusia.
En un principio, su retirada fue aclamada como una victoria para la industria nacional.
“Los competidores se fueron. Hace apenas unos años, la industria aeronáutica nacional sólo podía soñar con esto”, dijo a Reuters Sergei Chemezov, director del conglomerado industrial Rostec.
Rostec, cuya filial United Aircraft Corporation controla casi todos los principales productores de aviones de Rusia, parece estar lejos de hacer realidad ese sueño.
En el año anterior a la invasión de Ucrania, Rusia añadió 54 nuevos aviones comerciales a su flota -27 de Airbus, tres de Boeing y 24 Sukhoi Superjets de fabricación rusa- para aerolíneas como la aerolínea de bandera Aeroflot S7, Red Wings, Rossiya y Ural, según muestran los datos de ch-aviation.
En los casi tres años transcurridos desde entonces, ha añadido sólo 11 nuevos aviones, todos ellos Superjets.
La producción del nuevo avión comercial ruso MS-21, fabricado por Rostec, se ha pospuesto de 2024 a 2025-2026.
Chemezov reconoció que Rusia enfrentaba dificultades, pero dijo que definitivamente fabricaría sus propios aviones de pasajeros.
El diario Kommersant informó la semana pasada que las aerolíneas rusas, incapaces de reparar los motores Airbus A320 neo, podrían tener que retirar parte de su flota Airbus.
Rosaviatsia dijo que la flota de Airbus A320 neo en servicio de Rusia se había reducido, pero representaba menos del 5% de los aviones comerciales de Rusia.
“Las sanciones a la aviación rusa han complicado aún más los problemas existentes con los motores”, dijo Rosaviatsia.
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