La Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), manifestó su preocupación por el posible aumento del 200% en el impuesto al carbono, incluido en la ley de financiamiento presentada en el Congreso de Colombia. Este incremento afectaría directamente al sector aéreo, que ya enfrenta altos costos operativos debido al combustible.
José Ricardo Botelho, director ejecutivo y CEO de ALTA, señaló que el aumento del impuesto impactaría el precio del combustible, el cual representa más del 35% de los costos operativos de las aerolíneas en Colombia.
"Este incremento se reflejaría inevitablemente en el precio de los boletos aéreos, afectando tanto a los usuarios actuales como a los potenciales. Se trata de una medida que puede aportar al fisco de manera inmediata pero que resulta en un impacto de largo plazo para los usuarios actuales y potenciales del transporte aéreo en Colombia”, explicó Botelho.
El aumento de los costos también afectaría la demanda de vuelos, especialmente entre aquellos pasajeros que buscan opciones de transporte más asequibles. El encarecimiento del transporte aéreo podría reducir la competitividad de Colombia frente a otros países de la región, afectando la industria del turismo y el comercio. Según Botelho, la medida pone en riesgo la democratización del transporte aéreo, un medio esencial para la inclusión social y el desarrollo económico.
El sector aéreo es clave para la economía colombiana, generando más de 600,000 empleos directos y contribuyendo al 2.7% del PIB nacional. En los últimos años, la industria mostró un crecimiento sostenido, con un aumento del 0.71% en su participación en el PIB en 2023, comparado con el 0.4% en 2005. Este crecimiento es superior al promedio de la economía colombiana, lo que refleja su importancia como motor de desarrollo.
El transporte aéreo también tiene un impacto multiplicador en la economía. Por cada unidad de producción en la industria, se generan casi dos dólares adicionales. Esto lo convierte en un sector estratégico para el desarrollo del país, especialmente en términos de comercio exterior y turismo. Según datos de Migración Colombia, el 76% de los turistas internacionales que llegan al país lo hacen por vía aérea, lo que representa un ingreso significativo para la economía colombiana.
Las exportaciones también se verían afectadas. Aunque solo el 0.3% de las exportaciones colombianas por peso se realizan por vía aérea, estas representan más del 14% del valor total de las exportaciones del país. Los productos transportados por aire suelen ser de alto valor, lo que subraya la relevancia del sector aéreo para el comercio exterior.
En términos ambientales, el impuesto al carbono podría contradecir acuerdos internacionales, como el Convenio de Chicago, que establece la exención de impuestos sobre el combustible de aviación para fomentar el desarrollo del transporte aéreo. Además, estudios como el de EUROCONTROL en 2020 demostraron que los impuestos sobre la aviación no son efectivos para reducir las emisiones de CO2 y pueden frenar la inversión en flotas más eficientes y modernas.
A pesar de los desafíos, la industria aérea en Colombia implementó iniciativas importantes para reducir su huella de carbono. Entre 2008 y 2024, la flota de aerolíneas creció un 111%, mientras que la edad promedio de las aeronaves se redujo un 11%. Esto permitió una reducción del 33% en las emisiones por pasajero en rutas clave, como la de Bogotá-Cartagena.
Además, la implementación de rutas condicionales (CDR) y la optimización del espacio aéreo en Colombia generó ahorros significativos de combustible y una reducción de emisiones. Solo en las salidas hacia el norte desde Bogotá, se estima un ahorro de 1.3 millones de galones de combustible, lo que equivale a una reducción de 26,000 toneladas de CO2 al año.
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