El gobierno francés propuso la eliminación de boletos de bajo costo y la imposición de precios mínimos en todos los vuelos que tengan origen, destino o tránsito en los 27 países miembros de la Unión Europea.
En una entrevista con la revista L’Obs, Clément Beaune, ministro francés de Transportes, argumentó que en tiempos de transición ecológica, ya no es sostenible mantener boletos de avión tan económicos como los que se ofrecen actualmente, ya que no reflejan el verdadero costo para el planeta.
Aunque la medida se presenta como parte de una estrategia más amplia de la Unión Europea para combatir el cambio climático, ha desencadenado un intenso debate debido a sus implicaciones sociales y económicas.
Según un estudio de Greenpeace publicado en julio de 2023, viajar en tren por Europa puede costar entre dos y cuatro veces más que volar. El análisis de 112 rutas europeas que conectan las principales ciudades reveló que en siete de cada diez rutas, los vuelos eran generalmente más económicos.
Tony Renucci, director del grupo de defensa de la calidad del aire Respire, considera que establecer un precio mínimo para los boletos de avión es un paso en la dirección correcta, pero cuestiona si realmente alentará a la gente a optar por alternativas de transporte más ecológicas. Para él, reducir el costo de los boletos de tren es esencial si se busca que las personas elijan el tren en lugar del avión.
En cuanto a la contaminación del aire, Renucci argumenta que viajar en avión tiene un impacto ambiental menor en comparación con el automóvil. Clément Beaune propuso anteriormente aumentar los impuestos sobre los boletos de avión para financiar mejoras en alternativas de viaje más ecológicas, destacando la necesidad de equilibrar los costos entre el avión y el tren.
En mayo de 2023, Francia tomó la decisión de prohibir parcialmente los vuelos de corta distancia a destinos que se pueden alcanzar en menos de 2.5 horas en tren.
Sin embargo, esta medida recibió críticas por su alcance limitado, ya que solo afecta a tres rutas desde París-Orly a Burdeos, Lyon y Nantes. La discusión sobre la viabilidad y las implicaciones de estas políticas continúa en el centro del debate público.
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