ENAIRE, gestor nacional de navegación aérea en España, implementó el proyecto AMBAR de re-estructuración de espacio aéreo asociado al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
El objetivo es dar cumplimiento a los requisitos reglamentarios europeos así como optimizar la gestión del tráfico aéreo, proporcionando, además, una mejora de la eficiencia en las operaciones aéreas, la sostenibilidad con respecto a los procedimientos actuales, lo que dará importantes ahorros para las compañías aéreas en términos de calidad de servicio, reducción de consumo de combustible y menores emisiones de gases contaminantes.
La implantación del proyecto AMBAR y la modernización de los procedimientos asociados, también permitirá satisfacer los requisitos normativos que están actualmente dispuestos para los años 2024 y 2030 en el Reglamento Europeo de Ejecución (EU) 2018/1048, respecto a la necesidad de disponer de unas rutas de salida y llegada instrumental, así como unas aproximaciones diseñadas con tecnología avanzadas.
El proyecto pasó por los trámites ambientales necesarios por parte de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea de manera previa a su incorporación a la publicación de información aeronáutica AIP-España.
El desarrollo de este proyecto incluye modificaciones y mejoras en los procedimientos de llegada instrumental en las aproximaciones al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, utilizando para ello las tecnologías más avanzadas en el diseño del espacio aéreo y estableciendo diferentes procedimientos operativos que posibilitan, además, el modo de operación mediante aproximaciones independientes en las pistas paralelas actuales en ambas configuraciones, Norte y Sur.
Es necesario destacar que las mejoras que se están llevando a cabo no tendrán afectación ni en las huellas de ruido ni en los horarios. Por otra parte, el proyecto AMBAR cumple con los escenarios recogidos en el Plan Director del Aeropuerto vigente y con las medidas aprobadas en las Comisiones de Seguimiento Medioambientales, tanto en el corto como en el medio y largo plazo.
Los beneficios esperados con la implantación del proyecto son de diferente naturaleza e influyen en diferentes actores relevantes del transporte aéreo. En relación con la seguridad operacional, la implantación del proyecto AMBAR redundará en un aumento de la predictibilidad de las maniobras como consecuencia de la estandarización de las mismas, así como en una disminución de la complejidad de la gestión del tráfico aéreo, circunstancia que beneficiará tanto a la tripulación de las aeronaves como al personal encargado de la gestión del tráfico aéreo.
Desde el punto de vista medioambiental, la nueva estructura de espacio aéreo de AMBAR y sus procedimientos asociados posibilitan que las aeronaves realicen unos perfiles de vuelo más eficientes y permitirá una optimización de las distancias recorridas por las aeronaves al disponer de rutas de vuelo más cortas. En este sentido, dado que los cambios propuestos mejorarán la gestión del tráfico aéreo y los flujos de salida y llegada al Aeropuerto, se conseguirá una reducción del tiempo y recorrido de vuelo, y, por tanto, una disminución del consumo de combustible y de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
El proyecto AMBAR también conlleva una serie de mejoras directamente relacionadas con la calidad de servicio lo que, consecuentemente, conlleva ahorros económicos en términos de reducción de demoras.
Dado que el proyecto mejora el escenario desde el punto de vista de la gestión más eficiente de las operaciones por parte del control de tráfico aéreo, así como de las trayectorias voladas por las aeronaves, estas circunstancias repercutirán directamente en reducir costes para las compañías aéreas a través de menores consumos de combustibles y de disminución de demoras, aumentando con ello, además, la calidad del servicio percibida por los pasajeros.
En definitiva, la puesta en servicio del proyecto AMBAR supondrá grandes beneficios desde el punto de vista de la seguridad, de la eficiencia de las operaciones, del control del tráfico aéreo y de la sostenibilidad, permitiendo una mejora de la predictibilidad y de las trayectorias voladas por las aeronaves, circunstancias que repercuten directamente sobre la reducción de emisiones y consumos de combustibles y aumentando la calidad de servicio a las compañías aéreas y por derivación, a la sociedad.
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