Recién salido de la línea de ensamblaje final en Mirabel, Québec, Airbus presentó hoy el primer avión A220-100 que entregará a Delta Air Lines, a finales de este año.
Este avión es el primero de 75 unidades de este modelo que Delta ordenó en abril de 2016, cuando la aeronave aún pertenecía a Bombardier y llevaba por nombre CS100.
La aerolínea estadounidense tiene planeado comenzar a usar este nuevo avión a inicios de 2019, posiblemente en rutas regionales en el área de América del Norte, ya que, con un alcance máximo de cinco mil, 460 kilómetros, no puede realizar vuelos trasatlánticos sin escala.
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— Delta News Hub (@DeltaNewsHub) 14 de septiembre de 2018
“No hay nada como ver que años y años de planeación se consolidan en la forma de un avión recién salido y recién pintado. Es un logro muy importante para el futuro de nuestra flota”, dijo Larry Cato, gerente del Manejo de Flota en Delta.
Sin embargo, antes de la entrega formal a la aerolínea, aún falta que Airbus realice varios vuelos de prueba en agosto con el A220-100.
Una historia turbulenta
Para llegar a este punto, el A220 tuvo que pasar por dificultades económicas y juicios mercantiles, hasta llegar a la alianza entre Airbus y Bombardier.
En 2016, poco después de que Bombardier anunciara la orden de 75 aviones Serie C por parte de Delta, Boeing acudió al Departamento de Comercio de los Estados Unidos para acusar a la armadora canadiense de dumping, es decir, de vender su producto a un precio menor que lo que le costó construirlo.
El fabricante estadounidense denunció que Bombardier vendió cada uno de los 75 aviones a 13.8 millones de dólares menos del costo de manufactura. Según Boeing, esto dañaba sus posibles ventas en el mercado estadounidense.
El asunto llegó a los tribunales estadounidenses, quienes finalmente declararon que Boeing no tenía un caso, pues esta empresa no construía equipos que compitieran directamente en el mercado de la Serie C (aviones de entre 100 y 130 asientos).
Pero el caso afectó a las ventas de Bombardier, que finalmente llegó a un acuerdo con Airbus para la adquisición del programa de Serie C, por un valor simbólico de un dólar canadiense.
Así, el 1 de julio de 2018, el gigante europeo adquirió 50.01% del programa de fuselaje estrecho, cambió el nombre de Serie C a Familia A220 y, de paso, se hizo cargo con las órdenes previas que tenía Bombardier, como la de Delta.
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