Desde palacio se gestiona un nuevo ataque a la aviación comercial nacional, y es que la Cámara de Diputados aprobó un dictamen en materia de aviación civil para mantener la “figura de asignación”, que le facilitaría al Ejército poder poner en operación una aerolínea oficial y, al mismo tiempo, manejar aeropuertos, en este caso, Mexicana de Aviación.
Como habíamos mencionado anteriormente en nuestra columna, esta acción pondría a las líneas aéreas mexicanas en desventaja, debido a que el Ejército, en conjunto con el gobierno, otorgaría subsidios y facilidades a su aerolínea, como el control de los slots de salida y de entrada, uso de aeropuertos, combustibles, pagos por uso de servicios a la navegación aérea e inclusive la excepción en el pago de impuestos, generando una competencia desleal y desbalanceada.
En el caso del uso de la marca “Mexicana de Aviación”, le daría la posibilidad de reclamar varios de los activos que gozan las aerolíneas mexicanas y extranjeras, como rutas y slots que actualmente se encuentran en calidad de prestadas y, aunque claramente durante el proceso de venta de la marca se haya aclarado que el Certificado de Operador Aéreo (AOC) no le daría el derecho a esto, el inquilino de palacio ha demostrado que podría poner un revés a lo pactado.
La desventaja que actualmente experimentan las aerolíneas mexicanas por la degradación en la categoría I ante las aerolíneas extranjeras, empeora su situación económica, impidiendo su capitalización para poder enfrentarse a las eventuales acciones del gobierno y su aerolínea militar.
A menos de un año y medio de que termine este sexenio, sólo esperamos que pronto se recupere la categoría I y se pueda recuperar el excelente nivel que tenía anteriormente la antigua Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), ahora Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC).
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