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25/03/2025

La transformación de la industria aérea tras el COVID-19: Un análisis a cinco años

Erándeni Calde… / Lunes, 24 Marzo 2025 - 01:00

Tras cumplirse 5 años de que la Organización Mundial de la Salud (OMS), pasara de declarar una crisis sanitaria a designarla una “pandemia” por la enfermedad del SARS-Cov-2 (COVID-19), las consecuencias que acarrearía esta declaratoria serían el confinamiento, crisis en varias industrias y un cambio en nuestro actuar social.

En el recuento de los daños de esta “pandemia”, según las cifras globales de la OMS, han sido más de 7 millones de muertos y se han confirmado más de 776 millones de casos en 234 países. Aunque seguimos teniendo casos, el desarrollo de vacunas, las medidas de prevención como el “confinamiento” o distanciamiento social, así como el uso de cubrebocas fueron herramientas “clave” para reducir la letalidad de este virus.

Sin duda, esta contingencia ninguna empresa o industria, la tenía dentro de su “foda”[1] y si la tenían, nunca se visualizó con el alcance e impacto que tuvo, al grado que, en la industria aérea a 5 años, seguimos hablando de datos y números del sector aéreo como una referencia en el tiempo, un parteaguas en la historia que ha creado “un antes y un después de la pandemia en la industria área”.

 

El impacto inicial: La parálisis sin precedentes

La pandemia de COVID-19 representó el mayor desafío en la historia de la aviación comercial, toda vez que la Gripe Española (de 1918-1919) que ocurrió durante los últimos meses de la Primera Guerra Mundial, se registró el primer caso en un hospital de Estados Unidos, se le denominó “Gripe Española” porque en ese tiempo España fue un país neutral durante la Primera Guerra Mundial y los países en guerra ocultaban los datos de esta crisis sanitaria. Se tienen datos de que llegaron a morir alrededor de 50 millones de personas. Sin embargo, en esa época, la aviación era una industria naciente, por lo que no impactó “directamente” a esta industria.

No obstante, en 2020, la industria aérea experimentó una parálisis casi total cuando sucedió esta crisis sanitaria, “el tráfico aéreo mundial se desplomó más del 90% en cuestión de semanas”.

Según las estadísticas mundiales de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), el total de personas transportadas en transporte aéreo regular fue de 4,500 millones de pasajeros en 2019.

 

La aviación traía un ritmo imparable y con la declaración de la pandemia miles de aeronaves quedaron estacionadas en desiertos y pistas abandonadas.

 

La industria de la aviación experimentó una interrupción sin precedentes cuando la pandemia provocó la suspensión casi total de operaciones a nivel mundial, deteniendo abruptamente el ritmo acelerado de crecimiento y desarrollo que caracterizaba al sector aéreo hasta ese momento. Fueron pocos los países a nivel mundial que continuaron operando sin cerrar sus fronteras.

 

Grandes aerolíneas solicitaron rescates financieros gubernamentales para sobrevivir. Cientos de miles de trabajadores fueron suspendidos o despedidos.

 

Esta paralización marcó un punto de inflexión dramático. No se trataba simplemente de una crisis cíclica, sino de una ruptura completa del modelo operativo que existía hasta entonces.

Vimos como Organismos y Organizaciones, Asociaciones, Empresas, Gobiernos, todos trabajaron a nivel global de manera conjunta en desarrollar lineamientos lo más rápido posible, abiertos inclusive a redireccionar la ruta en caso de error, en lo que se desarrollaban las primeras vacunas, sin duda el aporte de todos para salir adelante fue colosal, y la industria aérea fue vital para el traslado de vacunas, medicamentos, productos farmacéuticos de temperatura controlada, etc., respiradores, y una diversidad de productos médicos para combatir la crisis que estaba aquejando a todos a nivel mundial.

 

Transformación y adaptación (2021-2023)

“A la industria aérea no le quedó de otra que adaptarse a esta nueva realidad o morir”. Durante la fase de recuperación inicial, la industria implementó cambios fundamentales:

  • Protocolos sanitarios rigurosos que transformaron la experiencia de viaje.
  • Digitalización acelerada de procesos (check-in, documentación, embarque).
  • Reestructuración de flotas, eliminando modelos menos eficientes.
  • Consolidación mediante fusiones y adquisiciones estratégicas.
  • Reorientación hacia rutas domésticas y de ocio por encima de las de negocios.

Durante el periodo crítico de adaptación entre 2021 y 2023, “la industria de la aviación atravesó una metamorfosis que marcó un antes y después en su historia”. Lejos de ser una simple recuperación, este periodo representó una reinvención completa del sector.

En los primeros meses de 2021, las aerolíneas operaban en un entorno de extrema incertidumbre. Los protocolos sanitarios dominaban la experiencia de vuelo: cabinas sanitizadas entre vuelos, sistemas de ventilación mejorados, cubrebocas obligatorios y formularios de salud se volvieron la norma. Los aviones volaban con ocupaciones limitadas, frecuentemente por debajo del 60%, buscando el equilibrio entre viabilidad económica y protección sanitaria.

La digitalización, antes considerada una mejora gradual, se convirtió en necesidad inmediata. Los procesos de embarque sin contacto (touchless) pasaron de ser una conveniencia a un requisito de seguridad. Las aerolíneas que habían postergado su transformación digital se vieron obligadas a implementar en meses lo que habían planeado para años. Documentos digitales de salud, aplicaciones de rastreo y sistemas de verificación de vacunación se integraron apresuradamente a la infraestructura existente.

Quizás el cambio más profundo ocurrió en la planificación de rutas y frecuencias. Las redes meticulosamente desarrolladas durante décadas fueron desmanteladas y reconstruidas. Vuelos internacionales de larga distancia que constituían el núcleo del negocio de muchas aerolíneas “legacy” quedaron suspendidos indefinidamente. En su lugar, surgió un enfoque intensivo en rutas domésticas y regionales, especialmente aquellas vinculadas al turismo de naturaleza y espacios abiertos.

Para 2022, surgió un modelo “híbrido de operación”. Las aerolíneas comenzaron a implementar lo que llamaron "planificación adaptativa" (que es la capacidad de modificar rutas, frecuencias y tipos de aeronaves con semanas en lugar de meses de anticipación). Esto requirió una flexibilización sin precedentes en acuerdos laborales, contratos de leasing y slots aeroportuarios. Las tripulaciones debieron adaptarse a programaciones cambiantes y formarse en nuevos protocolos, mientras muchas trabajaban con contratos modificados o reducidos, sin duda todo el esquema conocido se transformó.

A mediados de 2023, la digitalización y la flexibilidad operativa demostraron ser ventajas competitivas definitivas. Las aerolíneas con estructuras más ágiles y menos deuda pudieron capitalizar rápidamente la recuperación irregular de diferentes mercados.

Este periodo también significó una transformación en la relación con el cliente. El viajero de 2023 tenía expectativas muy diferentes a las del pasajero prepandemia: “mayor flexibilidad en cambios y cancelaciones, información transparente sobre medidas sanitarias, y una experiencia digital integrada pasaron a ser exigencias básicas en lugar de diferenciadores”.

Para finales de 2023, surgió una industria transformada. No se trataba de la misma industria de la aviación operando en circunstancias diferentes, sino de un nuevo paradigma con diferentes estructuras de costos, modelos operativos, expectativas de servicio y consideraciones estratégicas. Este periodo no solo redibujó el mapa de rutas aéreas globales, sino que redefinió la esencia misma de cómo se conceptualiza, opera y experimenta el transporte aéreo, marcando un indiscutible antes y después en la historia de la aviación comercial. Este hecho me recuerda el antes y después que vimos en la seguridad aérea tras el 11 de septiembre de 2001. Sin duda son hechos que han transformado significativamente la industria de la aviación.

 

La nueva realidad: La aviación en 2025

Analizando todo lo hemos vivido cinco años después, la industria ha evolucionado hacia un nuevo paradigma que, para mi punto de vista, hace obsoletas las comparaciones con la “era prepandemia” o previas al Covid-19, como algunos les gusta llamarle.

Pero ¿Por qué digo que las comparaciones con el tiempo prepandemia ya no son “precisas” o correctas? Porque “la industria aérea se transformó a una nueva era” y te doy algunos ejemplos:

  • Nueva estructura de mercado: Han surgido modelos híbridos entre aerolíneas tradicionales y de bajo costo, difuminando las antiguas categorías.
  • Sostenibilidad como prioridad: La pausa forzada aceleró la transición hacia prácticas más sostenibles, con mayor inversión en combustibles alternativos y aeronaves eficientes.
  • Diferentes patrones de demanda: El turismo de ocio ha superado los niveles prepandemia, por sobre el viajero de negocios. Esto ya que las estadísticas hacen referencia a que los viajes de negocio se han estabilizado en aproximadamente 80%, a los niveles anteriores, debido al auge y normalización de las reuniones virtuales, ya no existe la necesidad imperiosa de trasladarte por una “reunión”.
  • Digitalización consolidada: La tecnología sin contacto (touchless) y la automatización ya no son respuestas temporales sino características permanentes y necesarias, generan una experiencia que el pasajero ya “demanda” para una mayor facilitación.
  • Resiliencia operativa: Las aerolíneas sobrevivientes han desarrollado estructuras más flexibles y planes de contingencia robustos.

En mi opinión: ¿Por qué debemos abandonar las comparaciones con la era prepandemia?

De acuerdo a lo anteriormente comentado, las comparaciones con los indicadores previos a 2020 resultan ahora contraproducentes por varias razones:

  1. Transformación estructural incomparable: La transformación que ha experimentado la industria aeronáutica no ha sido meramente cuantitativa sino fundamentalmente cualitativa. Estamos ante dos modelos operativos distintos que comparten terminología, pero representan realidades diferentes. Las aerolíneas de 2025 operan bajo paradigmas organizacionales, tecnológicos y financieros radicalmente distintos a los de 2019.
  2. Indicadores que ya no miden lo mismo: Los indicadores tradicionalmente utilizados para evaluar el desempeño del sector (RPK, RASK, factor de ocupación) siguen empleándose nominalmente, pero ahora capturan fenómenos fundamentalmente diferentes:
    • El "factor de ocupación" actual refleja no solo decisiones comerciales sino complejas estrategias de gestión de flotas optimizadas, inclusive por inteligencia artificial.
    • Los ingresos por asiento/kilómetro incorporan ahora componentes de servicios personalizados y digitales inexistentes anteriormente.
    • La puntualidad se mide en un contexto operativo con diferentes protocolos y contingencias.

Comparar estos valores numéricos pre y post pandemia es como comparar temperaturas medidas con escalas diferentes, el número puede parecer similar, pero representa fenómenos distintos.

  1. Contexto económico y normativo incomparable: La industria actual opera bajo un entorno regulatorio transformado, con nuevas consideraciones medioambientales, sanitarias y de seguridad. Las estructuras fiscales, los subsidios gubernamentales y las exigencias de sostenibilidad han cambiado las reglas fundamentales del juego. Comparar resultados financieros o métricas operativas ignorando estos cambios contextuales equivale a comparar competidores que operan bajo reglas diferentes.
  2. Cambios en las expectativas y comportamiento del consumidor: El pasajero de 2025 tiene expectativas, preferencias y comportamientos distintos al de 2019. La elasticidad de la demanda, la sensibilidad al precio, la valoración de servicios complementarios y las prioridades respecto a comodidad, sostenibilidad y digitalización han experimentado cambios fundamentales. Estamos midiendo la satisfacción de poblaciones con escalas de valores diferentes.
  3. Asimetría tecnológica: La aceleración tecnológica postpandemia ha creado una asimetría imposible de normalizar en cualquier comparación. Las herramientas de optimización, la automatización y la integración digital han alterado los parámetros básicos de eficiencia operativa. Comparar la productividad pre y post pandemia sería como comparar la productividad agrícola pre y post mecanización.

Por esto, considero que realizar comparaciones entre la industria de la aviación prepandemia y la actual constituye un ejercicio fundamentalmente problemático a mi punto de vista, y persistir en estas comparaciones no solo constituye un error metodológico, sino que genera implicaciones de la falsa equivalencia, porque generar una distorsión en la valoración de activos y empresas del sector, establece expectativas irreales para inversores y reguladores, entre otras.

La “aviación postpandemia” representa una industria transformada que requiere nuevos marcos analíticos, nuevas métricas y nuevos parámetros de referencia. Continuar realizando comparaciones con la era prepandemia no solo carece de valor objetivo, sino que obstaculiza la comprensión adecuada de la nueva realidad aeronáutica y el desarrollo de estrategias alineadas con el actual ecosistema del transporte aéreo.

El COVID-19 no fue simplemente una interrupción temporal sino un catalizador de cambios estructurales. La aviación de 2025 representa “una nueva era” con sus propios parámetros, desafíos y oportunidades. Mirar constantemente hacia atrás nos impide apreciar la transformación completa que ha experimentado el sector y las innovaciones que está generando esta nueva realidad.

¿Y tú qué opinas de esta “constante comparación de la industria aérea”?

¡Hasta el próximo vuelo!

Era Calderón.

“Los  artículos firmados  son  responsabilidad  exclusiva  de  sus  autores  y  pueden  o  no reflejar  el  criterio  de  A21”

 

 

 

 

 

[1] El análisis “FODA” (DAFO por sus siglas en español) es una técnica que se usa para identificar las fortalezas, las oportunidades, las debilidades y las amenazas del negocio o, incluso, de algún proyecto específico. Por lo general, se usa por las empresas y organizaciones; el análisis FODA se puede aplicar tanto con fines profesionales como personales.

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