El sector aéreo atraviesa una etapa de transición que los expertos califican como compleja, pero al mismo tiempo apasionante, pues se trata de tiempos interesantes que engloban una fase de cambios disruptivos que modificarán de raíz la manera en que entendemos la industria aérea, así lo señaló Eduardo Irastorza, profesor de OBS Business School en su reporte “El sector aéreo y las razones que determinan su despegue, una visión en 2025”.
Uno de los principales retos será la sustitución gradual de los combustibles fósiles por energías más limpias, un proceso que, aunque ya se observa en Occidente, avanza más lentamente de lo establecido en la agenda al 2030. La adopción de estas tecnologías en países emergentes será clave, pues en pocos años, concentrarán la mayor demanda de vuelos a nivel global.
En este contexto, Pieter Elbers, CEO de IndiGo, una de las aerolíneas más dinámicas de India, señaló en entrevista con la revista Airlines de la IATA, que “si nos fijamos en el contexto, el número de aviones en comparación con la población, el número de asientos, el número de titulares de pasaportes, todas las métricas apuntan a una creciente demanda de aviación. Es un lugar increíblemente emocionante para estar en este momento. Como lo etiqueté antes, es el ‘mercado de aviación más caliente del mundo’ (2025)”.Irastorza señala que esta declaración no solo refleja el potencial del mercado indio, sino que también evidencia cómo las economías emergentes están desplazando progresivamente el centro de crecimiento de la aviación mundial.Sin embargo, este auge no elimina la dependencia tecnológica pues hoy por hoy, las nuevas compañías de estos mercados siguen sujetas a la innovación de fabricantes tradicionales como Boeing y Airbus, responsables de proveer modelos cada vez más eficientes y sostenibles.
Por otro lado, los cambios geopolíticos están dando un poderoso motor de crecimiento e ingresos a estas dos grandes compañías pues les da la oportunidad de fabricar aviones de uso militar con el consiguiente beneficio.
“Es un extraordinario balón de oxígeno en un momento en el que Boeing comercial atraviesa grandes dificultades. Las enormes inversiones que occidente, y en concreto la OTAN, emplearán para reforzar su defensa, se destinarán en buena parte al fortalecimiento de su fuerza aérea”, puntualizó.
En este avance, el consultor y docente comentó que los devastadores efectos de la pandemia empiezan a quedar atrás en la mayor parte de los cielos del mundo y, prueba de ello han sido los beneficios netos registrados, el país que mejor y más rápido se ha recuperado del mayor golpe sufrido por esta industria a lo largo de su historia fue Estados Unidos.
Señaló que en este caso el “America First” se ha hecho realidad y el gran motor de esa recuperación ha sido su enorme y restablecido mercado interno.
Irastorza comentó que países como China e India han tomado buena cuenta de ello. Con sus mil 500 millones de habitantes, cada uno, además de la enorme extensión de su territorio y su imparable progresión económica, reúnen las cualidades para competir en eficiencia y rentabilidad con el gigante estadounidense.
Mientras que Europa, a pesar de haber recuperado la senda del crecimiento, no sabe muy bien hacia dónde va ni cuáles normas quiere que le rijan en un futuro inmediato, destacó.
Una buena prueba de ello comentó, es su manifiesta voluntad de restringir los vuelos locales o de corto recorrido, un claro ejemplo de ello son las distancias cortas que separan a Estados como Bélgica, Luxemburgo o Países Bajos en el Mar del Norte; a los escandinavos en torno al Báltico; o, a los atomizados centroeuropeos en aras a unos cielos más limpios de carbono.
En realidad, detrás de esta decisión se encuentra una abierta rivalidad, una lucha sin cuartel, por parte de la industria ferroviaria y de las grandes compañías “pseudo-privadas” de Francia -la principal e interesada impulsora-, Alemania e Italia por quitar pasajeros a las líneas aéreas de bandera, ya de por sí bastante impactadas por la crisis y amenazadas por las imparables compañías low cost.
El consultor y docente señaló que hacer un balance del estado actual del sector aéreo es, sin duda, más fácil que hace dos o tres años. Recordó que el tiempo transcurrido desde la pandemia permite considerar el futuro con ojos más optimistas.
Las cifras de vuelos se recuperan y con ellas las de pasajeros, con nuevas líneas aéreas de nuevas potencias emergentes se van sumando con éxito al mercado. Tan solo en 2024, el número de pasajeros a nivel global ascendió a 4 mil 964 millones de personas, cuando en el año 2020, en plena pandemia, fue de mil 757 millones de pasajeros.
Durante ese año, comentó que la evolución anual de los ingresos en el transporte aéreo de pasajeros a nivel mundial fue de 744 mil millones de dólares.
Por otra parte, precisó que la transición energética parece haber comenzado a dar sus primeros pasos sustentada en nuevas leyes de carácter cada vez más global.