El Medio Oriente es una región clave para el comercio y la exportación de crudo y destilados medios como el diésel, el gasóleo y la turbosina. Cualquier interrupción en el suministro en esta zona tiende a tener un impacto profundo en los mercados energéticos globales, afirmó la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
Añadió que los precios de la turbosina aumentaron significativamente en la semana posterior a los ataques a los sitios nucleares de Irán, entre el 12 y el 19 de junio. El precio de la turbosina se incrementó más que el del crudo Brent, el referente global del petróleo.
La principal razón de esto, así como de las diferencias en los aumentos de precios entre regiones, radica en la ruta comercial del petróleo. Con más del 30% del petróleo líquido transportado por mar a nivel mundial pasando por el Estrecho de Ormuz, Europa y África experimentaron los mayores incrementos en el precio de la turbosina.
Europa y la Comunidad de Estados Independientes (CEI), junto con África, son particularmente vulnerables a la inestabilidad geopolítica en Medio Oriente, ya que dependen en gran medida de las importaciones desde el este para satisfacer la demanda.
En tiempos de crisis, el organismo internacional indicó que las preocupaciones sobre el suministro suelen provocar picos en los precios del diésel y el gasóleo, debido a su papel esencial en operaciones industriales, generación eléctrica y transporte terrestre. En consecuencia, las refinerías priorizan la producción de diésel y gasóleo sobre la de turbosina, lo que impacta directamente en el precio de esta última.
Aunque los precios se han moderado nuevamente, se espera que la volatilidad y el acceso al combustible continúen representando desafíos para las aerolíneas, dadas las condiciones geopolíticas actuales.
El papel del combustible sostenible de aviación (SAF) en la seguridad energética general no debe pasarse por alto, especialmente en las regiones más expuestas a vulnerabilidades en su suministro de turbosina.